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Seat transforma los residuos orgánicos en biocombustible

Seat acaba de presentar el proyecto Life Methamorphosis para transformar los residuos orgánicos en biocombustible. Se trata de una nueva forma de mover motores, y comienza en nuestra propia basura. En cinco pasos, nuestros desperdicios orgánicos se convierten en gas renovable.

Etapas

El primer punto es el reciclaje. En un estudio realizado en Barcelona, se apunta a que cada habitante de la ciudad genera unos 1,5 kilos de residuos al día. Se traduce en 2,5 millones diarios de kilos de basura de la que tan solo se recicla e 40%. El ingeniero de Seat responsable del proyecto Methamorphosis, Andrew Shepherd, ha asegurado que «con toda la basura orgánica que se genera podemos producir biometano suficiente para mover 10.000 coches unos 15.000 kilómetros cada año». Todo se selecciona de lo proveniente de los contenedores marrones de residuos orgánicos y lo aprovechable de los contenedores grises.

Una vez que se ha seleccionado estos residuos, comienza el proceso de transformación. En Ecoparc 2 de Barcelona, los residuos se introducen en unos digestores anaeróbicos de 26 metros de altura, con una capacidad individual de 4.500 metros cúbicos. Como en el interior no hay oxígeno, el proceso de descomposición genera unos gases. Tras unos 30 días, se consigue biogás con un 65% de metano, que después hay que refinarlo.

En este punto del proceso tenemos una mezcla de metano y dióxido de carbono, que hay que refinar para lograr un biometano de calidad óptimo para los automóviles. El gas pasa a comprimirse y almacenarse.

Tras ello, el biometano ya está listo para el uso directo en cualquier vehículo que se mueva con gas. «Este biometano puede inyectarse en la red general de gas. Químicamente tienen la misma composición, por lo que es válido utilizarlo tanto directamente como mezclado con gas convencional, ha asegurado Shepherd.