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Seat Arona. Ya nos hemos sentado en él

Cuando lo ves en fotografías el parecido del Arona con el nuevo Ibiza, del que deriva, es bastante evidente. Pero cuando te aproximas al nuevo SUV de Seat, que complementa por abajo al Ateca, es mucho más evidente su condición de vehículo todocamino, y el volumen extra se hace más patente. Y es que hablamos de 10 centímetros más de altura y 8 más de longitud, de manera que, por ejemplo, la longitud alcanza casi los 4,14 metros, en línea con sus más directos competidores.

Abres el maletero y también se aprecia el avance frente al Ibiza, pues aquí se homologan 400 litros, que da para meter sin problemas el equipaje de fin de semana de una familia. Pero aquí no hay una banqueta deslizante en la segunda fila que permita aumentar la capacidad.

Cerramos el portón, con un sonido amortiguado que transmite robustez y calidad, y abrimos las dos puertasdel mismo lado para asomarnos a un habitáculo que, ya sólo al primer vistazo, se muestra más amplio que el del Ibiza. Para empezar, se accede mejor, pues la suspensión separa al Arona 15 milímetros extra del suelo, hay un parabrisas más vertical para ganar cota al techo y las butacas quedan bastante mas alejadas de la calzada que en el Ibiza: 55 milímetros más arriba en el caso de las plazas delanteras y 62 milímetros en las traseras, lo que ayuda a entrar y salir más cómodamente. Y una vez sentados, también el techo queda mñas lejos de nuestra cabeza, pues la cota de altura delantera crece 37 milímetros y 33 detrás. De ahí que el Arona sorprenda positivamente desde el minuto; al menos en nuestro primer contacto 'estático'.

Calidad similar al Ibiza

En cuanto a la calidad general, hay muchas analogías con el Ibiza, pues se emplean materiales robustos y todo está ensamblado a la perfección, pero se echan de menos materiales mullidos en algunas zonas. Y asientos, postura al vlante o visibilidad aprueban con nota nuestro primer análisis. El salpicadero está presidido por una pantalla táctil de 8 pulgadas y todos los mandos quedan a mano. En cuanto al equipamiento, de serie o en opción no faltarán los últimos asistentes de conducción, como la frenada automática Front Assist, el control de crucero adaptativo ACC, el asistente de conducción en atascos Traffic Jam Assist, la ayuda al arranque en pendientes Hill Hold Control, el detector de fatiga, los sensores de lluvia y luz, la frenada contra colisiones múltiples, la cámara de visión trasera, la alerta de tráfico cruzado posterior, el detector de riesgos en ángulos muertos o el sistema de aparcamiento asistido Park Assist, que funciona tanto para estacionar en línea como para hacerlo en batería.

Una dotación que dependerá de la versión elegida, aunque por el momento no se especifica el equipamiento de los diferentes acabados ni, por supuesto, los precios.

En el capítulo estrictamente mecánico conviene recordar que el Arona comparte con el nuevo Ibiza la moderna plataforma MQB A0, usada también por Volkswagen en su inminente Polo, y que la oferta de motorizaciones será muy extensa, con tres motores de gasolina (los 1.0 TSI tricilíndricos con 95 y 115 CV, y el 1.5 TSI de cuatro cilindros con desconexión activa de cilindros y 150 CV), así como dos propulsores diésel (el 1.6 TDI de cuatro cilindros en versiones de 95 y 115 CV) y, ya a mediados de 2018, el 1.0 TSI de 90 CV alimentado por gas natural comprimido GNC, lo que supondrá toda una novedad en este segmento de mercado.

Asimismo, y en función del motor, el cliente podrá elegir entre cajas de cambio manuales (de cinco o seis velocidades, según el nivel de potencia) y las automáticas DSG de doble embrague, de siete marchas en todos los casos.

Fabricado en Martorell, como el Ibiza, el Arona será comercializado a finales de año tras su presentación ante el público en el próximo Salón de Francfort, que se celebra en septiembre. Y desde el primer momento se caracterizará por sus grandes posibilidades de personalización, pues desu imagen externa habrá, por ejemplo, 68 combinaciones posibles, fruto de combinar los tonos de carrocería con varios colores de techo: gris, negro, naranja y, por supuesto, el mismo tono de carrocería.