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Ruta con los clásicos de Peugeot, Spirit of France. Joyas de la historia

Al evento preparado por Peugeot se le ha llamado «Spirit of France», y con una organización exquisita y un recorrido de una belleza e interés indudables, ha conseguido que el periodista se sumerja durante dos días en la cuna de la marca gala al volante de modelos legendarios como es la gama 504 en sus tres versiones berlina, coupé y cabrio, alternando la conducción con la estrella de Peugeot en la actualidad, el 508. Con esta escudería de lujo y una meteorología espectacular recorremos las más bellas carreteras de Franche-Compté, la primera región industrial del país vecino en proporción a su población, y un destino imponente del este de Francia, enclavado entre Suiza y la región de Borgoña.

Los primeros kilómetros los hacemos a bordo del espectacular Peugeot 504 Cabriolet V6 de 1977, una obra maestra de Pininfarina con un motor de seis cilindros en V -el primer motor V6 que montaba Peugeot-, carburador, 2,7 litros de cilindrada, un cambio manual de cuatro velocidades y una potencia de 136 CV. Se impone suavidad en el trato y mucha anticipación tanto para adelantar como al frenar o girar, ya que todo funciona 'de otra manera', pero la conducción de este ejemplar produce muchísima satisfacción, sobre todo por su impecable comportamiento. Del Cabrio saltamos al Coupé, que también esconde un imponente motor V6 en sus entrañas. Sin embargo, hay sensibles diferencias en cuanto a empuje y refinamiento, ya que la llegada de la inyección electrónica le permite alcanzar los 144 CV con un sonido muy característico fruto de su orden de encendido y su peculiar arquitectura, en las que la V formada por los cilindros tenía un ángulo de 90º para reducir la altura del motor. Curiosamente, el 504 Coupé cosechó una exitosa carrera deportiva en el continente africano, donde se impuso en el mítico Rally Safari de 1981 y en el Rally Bandama, en 1976 y 1978, sobre todo por fiabilidad y robustez.

Pero si los 504 Coupé y Cabrio nos sorprenden por su belleza y agrado, cuando nos toca conducir el 504 GL Limusina quedamos maravillados de la respuesta de su cuatro cilindros con 93 CV y de la precisión de su cambio de cuatro marchas. Esta gran berlina estrenó en 1968 la suspensión independiente en las cuatro ruedas para un vehículo de propulsión y el coche goza de un solvente equilibrio entre estabilidad y comodidad. Con buen criterio, y por razones obvias, la conducción de estas tres maravillas clásicas se alterna con la de tres Peugeot 508 actuales con diferentes motorizaciones y carrocerías, lo que nos ayuda a poner en valor no solo los logros de épocas pasadas, sino también los de la actualidad. Dos 508 SW GT Line con motores BlueHDi de 160 CV EAT8 y Puretech 225 CV EAT8, y un 508 GT BlueHDi 180 CV EAT8 berlina nos trasladan de golpe al presente con un diseño, refinamiento, eficiencia y seguridad que sitúan a Peugeot a la vanguardia de la tecnología y del diseño. Y es que 45 años después, Peugeot sigue dejando su sello de calidad y disfrute en sus productos, una magia que nunca se ha perdido y que seguramente nunca se perderá.

Museo de la aventura Peugeot. Muchos mitos bajo un mismo techo

El Museo de la Aventura Peugeot es uno de los lugares ineludibles de Francia, testigo de dos siglos de la saga industrial de la marca del león. Situado en la localidad de Sochaux, con uno de los centros de producción más grandes y antiguos de PSA, repasa la rica historia de la marca desde 1810 hasta nuestros días. El museo se inauguró en 1988 en las dependencias de una antigua cervecería. En el año 2000 se realizó una primera ampliación que permitió la creación de un espacio para los coches de los años 50 y 70, y un centro de ciclismo y motocicletas. Y desde mayo de 2010 el museo cuenta con una superficie adicional de 1.500 metros cuadrados que ha permitido exponer la gama de coches de los años 80 y 90, la gama de vehículos industriales entre 1894 y 1990, un nuevo espacio para coches de competición -especialidad donde la marca francesa ha destacado durante toda su historia- y un espacio para organizar exposiciones temporales o recepciones en el corazón del museo. Y es un placer pasear por un museo repleto de viejas glorias, mitos rodantes y vehículos que hicieron historia no solo en la marca sino también en el mundo del motor. Como el Vis-a-vis de 1891, el primer vehículo de gasolina fabricado por Peugeot Fréres. O el famoso Bebé Peugeot, cuyos derechos fueron cedidos por Bugatti. Los primeros Coupé-Cabrio de techo duro escamoteable denominados Eclipse, el Peugeot 203 que se mantuvo como único modelo de la marca entre 1948 y 1955, el 404, el 504, el 205… Una ensalada de cifras con un gran significado global y total. De julio a diciembre, el museo ofrecerá una retrospectiva sobre 100 años de automóviles. Y merece la pena visitarlo.

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'Pre museo' y taller. Un mundo desconocido

Todos los coches que hay en el museo de Peugeot pasan antes por el taller de la marca, que ahora también abrirá sus puertas a todos los coleccionistas particulares que quieran que este taller efectúe una restauración total o parcial de sus modelos clásicos. La marca francesa también cuenta con el impresionante Centro de Archivos de Terre Blanche, instalado en la antigua fábrica de herramientas. Allí se guarda todo el patrimonio histórico del grupo.

Peugeot: Desde armas a molinillos

Las primeras actividades de la industria Peugeot abarcaron una gran variedad de productos, desde artículos laminados y hojas de sierra hasta el primer 'Grand-bi', la primera bicicleta que fabricó Peugeot en 1886, pasando por herramientas de todo tipo y tamaño, corsés, molinillos de café, máquinas de coser, escopetas de caza, transistores, motores fueraborda y una larguísima lista de productos variados. Sin embargo, esta gran actividad en tantos ámbitos industriales fue reduciéndose con el tiempo, aunque en la actualidad Peugeot fabrica, además de coches, scooters, molinillos de café y especias… y dentro de una nueva línea de negocio, también cuchillos, recipientes de cristal para servir vino y cerámica culinaria.