El Reglamento General de Circulación (RGC) ha puesto en el punto de mira a las grandes petroleras, como Repsol, Moeve, BP y Galp, y toda gasolinera que opere bajo el modelo de autoservicio. Según la normativa, solo sus trabajadores pueden emplear los surtidores de combustible. Echar gasolina uno mismo podría dejar de ser legal en gran parte del país.
Ello ha disparado todas las alarmas, pues más del 50% de las 12.100 estaciones en España son autoservicio. El cambio obliga a las compañías del sector a revisar y, en muchos casos transformar, sus modelos de negocio. Y como suele suceder, toda modificación en la industria acaba notándose en los bolsillos.
3¿Cómo puede cambiar tu forma de repostar?

Uno de los grandes atractivos de las gasolineras autoservicio es la rapidez. Abiertas 24 horas, sin esperas y sin necesidad de interactuar con nadie, permiten que el conductor tenga el control absoluto de la operación. Pero el cambio normativo podría transformarlo por completo. ¿Te imaginas tener que esperar a que un trabajador venga a echarte gasolina, incluso en plena madrugada?
Este modelo obligaría a muchas estaciones a reorganizar turnos, contratar personal nocturno y ajustar sus horarios. Para el usuario, se traduciría en menos disponibilidad, esperas más largas y probablemente un aumento del precio por litro. Es decir, adiós a la gasolina barata, rápida y sin complicaciones.