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Renault 4L. Este legendario modelo cumple 60 años

El icónico Renault 4L o R4 cumple 60 años, por lo que queremos hacer un pequeño repaso a la exitosa historia de este modelo, del que se fabricaron más de 8 millones de unidades a lo largo de tres décadas.

1961 como fecha de nacimiento

En agosto de 1961, tras muchos tests, cinco años de desarrollo y miles de kilómetros de ensayos en los más exigentes climas del mundo, Renault presentaba en sociedad su nuevo modelo. El R4 contaba con un compendio de soluciones tecnológicas innovadoras (que ahora parecen comunes y sin mayor interés) en todos los aspectos; desde en diseño como en modularidad, tecnología, mecánica o versatilidad.

Con sus 3,6 metros de largo y su 1,5 de alto, el R4 se permitía dotar a sus ocupantes de un generoso espacio, además de sumar un maletero de lo más espacioso. Así es como conseguía albergar a 5 ocupantes y transportar al mismo tiempo un volumen de carga destacado; con sus 480 litros. Además, el asiento posterior se abatía de manera muy sencilla, por lo que su capacidad de carga aumentaba incluso más. Si a todo esto le sumamos que Renault lo dotó de una quinta puerta del tipo portón con un gran ángulo de apertura, la accesibilidad al maletero era de primera clase, prácticamente inédita en su época.

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Pero no todo era practicidad y espacio, el R4 también destacaba mecánicamente. Se trataba del primer modelo compacto, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, que proponía motor y tracción en el eje delantero, a lo que había que añadir una suspensión independiente en el tren delantero. Por si esto fuera poco, el R4 proponía más soluciones de interés, como las rótulas estancas o el circuito de refrigeración cerrado y hermético, en el que se añadía un líquido especial capaz de aguantar las más bajas temperaturas, lo que hacía que no hubiera que reponer el anticongelante del circuito. Con esto, el coche tenía como único mantenimiento real el cambio del aceite.

Su llegada a España

Pues bien, tras lanzarse en Francia en 1961, España lo tuvo en sus tierras a partir de 1963, cuando comenzó su fabricación en la Factoría de Montaje de Valladolid. Esto se prolongaría hasta nada menos que el año 89 para el R4 turismo y hasta 1991 para la versión furgoneta. Gracias a los dos modelos, España produjo 800.000 unidades de este legendario modelo; es decir, un 10% de su producción total.

Sin embargo, su presentación oficial en nuestro país no tuvo lugar hasta un año después, el 25 de febrero de 1964. Aquí llegó el Renault 4 en su versión 'L', de ahí su nombre 4L y su popular apodo de 'cuatrolatas'. Por aquel entonces, la prensa destacó su carácter polivalente y económico, además de las virtudes de su suspensión todocamino o su innovador concepto en términos de facilidad de acceso. También llamó la atención el precio, puesto que, desde 84.000 pesetas, este coche se situaba por debajo del umbral de su segmento, que rondaba las 100.000.

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En España, el modelo que se comercializaba contaba con un motor de 845cc que generaba 30 CV de potencia, superando así los 100 km/h a la par que ofrecía unos consumos de lo más ajustados. Según fueron pasando los años, el 4L fue modernizándose y añadiendo distintos elementos al coche. De este modo incorporó motorizaciones más modernas y eficientes, como el motor C 'sierra' de 852cc, la caja de cuatro relaciones, el motor de 1.108cc y 38 CV, los frenos de disco e incluso un techo practicable panorámico.

Un adiós obligado

Por desgracia, en 1993, la introducción de reglamentaciones medioambientales internaciones más exigentes, trajeron como consecuencia el final de este modelo, ya que era técnicamente imposible introducir elementos nuevos obligatorios como el catalizador. Así, la última unidad producida del 4L abandonó la cadena el 3 de diciembre de 1992.

Sin embargo, a pesar de su desaparición, el 4L ha sido un referente absoluto en toda una generación de españoles que, gracias a él, encontraron la posibilidad de acceder a un automóvil a un precio asequible y con una versatilidad única. Por todo esto y por muchos más factores, el 4L es un coche que siempre estará en la memoria de los españoles, e incluso todavía se ven en algunos lugares de la península.