La Dirección General de Tráfico (DGT) lleva años insistiendo en que la mejor manera de evitar un accidente es la anticipación. Es decir, ser capaz de mirar varios metros por delante para reaccionar a cualquier situación peligrosa que pueda ocurrir.
La clave de la conducción preventiva está en saber observar, mantener la distancia de seguridad y evitar cualquier tipo de distracción. Unas reglas que, si cumplimos, pueden ser incluso más eficaces que cualquier sistema de asistencia electrónica.
Son recomendaciones que parecen de sentido común (o deberían serlo), pero los datos nos dicen que no siempre se llevan a la práctica. Es más, buena parte de los accidentes que se producen en autovías y autopistas están provocados por la falta de distancia de seguridad y por las distracciones. Por tanto, toma nota de los consejos de la DGT para una conducción mucho más segura en esta vuelta a la rutina.
Respeta siempre la distancia de seguridad

De todas las normas de la conducción preventiva, la distancia de seguridad es una de las más importantes y en la que la DGT siempre insiste. Y quizá también la que menos respetamos. Tráfico la define como un ‘escudo’ que nos separa del vehículo de delante, nos protege y nos da el margen necesario para reaccionar en caso de frenazo brusco.
La regla de oro es la de los dos segundos. Elige un punto fijo de la carretera y asegúrate de que pasan dos segundos entre el coche que circula delante y el tuyo. Lógicamente, cuanta más distancia, mayor es la seguridad. Eso sí, los dos segundos se quedan cortos en muchas situaciones, como con el asfalto mojado, el firme en mal estado o por la noche. En estos casos, la DGT recomienda ampliar la distancia a tres o más segundos.
En carreteras convencionales con un solo carril por cada sentido, esa distancia extra es importante para que el vehículo que viene por detrás pueda adelantar con seguridad sin poner en peligro al resto. Y en los túneles, se recomienda mantener al menos 100 metros de separación o cuatro segundos.
La DGT recuerda que la distancia de seguridad también debe contar hacia atrás. Es decir, si adelantas a otro vehículo, no sirve con volver al carril cuando ya hemos adelantado al coche. Es necesario comprobar por los retrovisores que existen esos dos segundos de separación para que el otro vehículo no se vea obligado a frenar.
La DGT insiste en la observación y la atención

La atención y la observación son imprescindibles también para prevenir accidentes. Desde Tráfico nos recuerdan que no es suficiente con mirar solo lo que ocurre justo delante del coche, hay que ampliar el campo visual y mirar más lejos. De esta manera, es más fácil anticiparse a las maniobras de otros conductores, obstáculos en la calzada o tráfico para no tener que frenar de forma brusca. Si no miramos lejos y además no dejamos la distancia de seguridad suficiente, una retención puede convertirse en un accidente grave.
Hay muchos conductores que tienen la mala costumbre de no mirar por los retrovisores tanto como deberían. Basta con hacer miradas breves, pero frecuentes, para saber lo que ocurre a nuestro alrededor, detectar peligros y ángulos muertos. Incluso aunque tu coche sea moderno y tenga asistentes electrónicos, nunca está de más echar un vistazo rápido.
Las distracciones, además, siguen estando detrás de la mayoría de accidentes: el móvil, la radio, el navegador, conversiones con acompañantes, el cansancio… Y basta con que te despistes un segundo para recorrer varios metros sin control y a ciegas. La DGT recomienda tener más cuidado si cabe en:
- Adelantamientos en carreteras de doble sentido.
- Incorporaciones y cambios de carril.
- Glorietas, sobre todo para evitar maniobras incorrectas de otros conductores al salir.
- Intersecciones y pasos de peatones.