Hace unos días, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, vivimos una imagen un tanto curiosa. Un grupo de moteros conocidos como los Jesus Bikers le entregaron una moto BMW R18 de color blanca al Papa León XIV con detalles únicos, como el escudo pontificio en el depósito, la bandera del Vaticano en la parte trasera y otros símbolos religiosos.
Lejos de simplemente agradecer el regalo, el Pontífice se subió a la moto, la bendijo y firmó en el depósito. Lógicamente, esas imágenes y ese gesto (que han dado la vuelta al mundo) han hecho que la moto sea ya una pieza única y ha despertado interés internacional. Ahora bien, no va a formar parte del parque móvil del Vaticano ni mucho menos, sino que León XIV ha decidido destinar la BMW a fines solidarios.
2El Vaticano y su vínculo con el mundo de las dos ruedas

Ver a León XIV subido en una moto BMW lógicamente sorprende, porque no es la imagen habitual, pero no es la primera vez que una motocicleta se ‘cuela’ en el Vaticano. En 2013, el Papa Francisco recibió dos Harley-Davidson con motivo del 110º aniversario de la marca. Por supuesto, también se subastó en París y los fondos fueron destinados a obras de caridad en Roma.
Años atrás, Pío XI ya había mostrado simpatía con Ducati, justo cuando la moto era un símbolo de modernidad en Italia. Incluso adquirieron una pequeña participación en la marca en señal de apoyo a la marca en un momento de mucha inestabilidad después de la Segunda Guerra Mundial.
En la historia más reciente del Vaticano, Benedicto XVI y Juan Pablo II dieron su bendición en muchas ocasiones en concentraciones moteras. Incluso Francisco mostró su apoyo a las campañas de seguridad vial y buscó concienciar sobre la importancia de utilizar casco.