Acabas de volver de unas vacaciones en la costa, con la piel tostada por el sol, el móvil lleno de fotos y el maletero cargado de recuerdos. Todo parece perfecto hasta que, semanas después, descubres manchas de óxido en los bajos de tu coche. Ese salitre adherido que pasaste por alto tras esos días frente al mar empieza a pasar factura.
Y no es una factura cualquiera: puede costarte hasta 8.000 €. La sal y la humedad aceleran drásticamente la oxidación y la corrosión. Esa pequeña mancha sin importancia puede derivar en reparación de chapa, piezas corroídas y hasta problemas estructurales. Si no quieres que el verano te acabe saliendo más caro que el propio viaje, presta atención. Está en juego la salud de tu coche.
2Un descuido que cuesta como unas vacaciones de lujo

Ignorar la limpieza del coche tras unas vacaciones en la playa puede salir carísimo. Una reparación completa de la carrocería por corrosión avanzada puede rondar los 3.000 o 4.000 €. Si a eso sumamos cambios en componentes mecánicos afectados, como discos de freno, sistemas de escape o suspensión trasera, no es descabellado que la factura suba hasta los 8.000 € o más.
Y eso sin contar con la depreciación que sufrirá tu coche si algún día decides venderlo. Los vehículos con señales visibles de óxido, o con un historial de reparaciones por corrosión, pierden mucho valor. Al final, la pereza de lavar el coche se transforma en un agujero en el bolsillo. ¿Vale la pena arriesgarse?