Radares que no giran sobre ellos mismos, ni tampoco dan vueltas a la ciudad como satélites teledirigidos, pero, ¡¡¡ ya veremos, dales tiempo !!!
Los ayuntamientos son los encargados de regular y normalizar, desde sus ordenanzas municipales el trafico de vehículos. Parece lógico pensar entonces, que para controlar el exceso de velocidad, usen los radares o cimómetros.
1El exceso de velocidad; fuente de ingresos municipales
Y como lo que si tenemos claro los conductores, a sabiendas incluso de reconocer la necesidad de que la DGT vigile, controle y sancione, es que los ingresos obtenidos por las multas de exceso de velocidad suponen unos ingresos abundantes para la administración, pues ahora los ayuntamientos, esencia mínima de cuerpo administrativo con poder legislativo y ejecutivo, para abundar en nuestra frágil memoria, también se apuntan al bombardeo de controles y sanciones para vigilar al usuario.
Se ha contrastado en infinidad de veces. El exceso de velocidad supone uno de los principales factores de riesgo en la siniestralidad en carretera y un problema muy importante también en las ciudades, donde los usuarios más vulnerables, como peatones, ciclistas o usuarios de vehículos de movilidad personal, padecen las consecuencias en primer grado.