Cada vez hay más radares de velocidad en las carreteras y, para muchos, esta realidad empieza a convertirse en una preocupación diaria al volante. El último informe de Coyote, empresa líder en sistemas de asistencia y alertas de radares, ofrece datos reveladores que afectan tanto a la seguridad como al bolsillo de los conductores españoles. El crecimiento en la instalación de estos dispositivos es significativo y plantea muchas preguntas sobre el rumbo que está tomando la vigilancia en la red de tráfico de nuestro país.
Si antes cruzarse con un radar era algo casi excepcional, ahora estos dispositivos proliferan en todas las comunidades autónomas, alcanzando cifras récord en 2024. El debate está abierto: ¿más radares significa más seguridad, o solo una estrategia para aumentar la recaudación por multas?
4La importancia de la colaboración entre organismos

Uno de los elementos clave para entender este crecimiento de radares es la colaboración entre diferentes organismos e instituciones. Por un lado, la DGT, el Servei y Trafikoa alcanzan un total de 1.659 radares, lo que representa el 49% de todos los dispositivos instalados en España. Por otro lado, Ayuntamientos y comunidades autónomas alcanzan los 1.736 radares restantes, alcanzando el 51% del total y destacando la importancia de la acción local en este ámbito.
Los datos de Coyote reflejan que la mayoría de los radares de velocidad instalados por organismos de tráfico nacionales (DGT, Servei, Trafikoa) se encuentran en carreteras secundarias (51%), mientras que un 41% está ubicado en autopistas y tan solo un 6,9% en entornos urbanos. Por el contrario, el 70,39% de los radares colocados por Ayuntamientos y comunidades autónomas están en entornos urbanos, donde el tráfico es más denso y la siniestralidad sigue siendo elevada.