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Casi la mitad de los radares catalanes tienen una señalización deficiente

Constatando que Cataluña es la región de España con más radares y que ocupa la quinta plaza por puntos de control por millón de habitantes (33,10 frente al 20,52 de media nacional), el Racc ha analizado los 249 cinemómetros fijos y de tramo que hay en esa comunidad en busca de aspectos de mejora, partiendo de la importancia de la señalización y la ubicación para que los usuarios puedan identificar la velocidad permitida y adaptar su conducción a ese limite de seguridad.

En esa linea, la auditoría del club de automovilistas catalán destaca el amplio margen de mejora a nivel de señalización, dado que solo el 32 por ciento de las señales de aviso integran la velocidad máxima permitida, cuando debería ser un dato presente en todas las señales. Como compensación, el Racc resalta que hay un 28 % de puntos donde el limite aparece unos metros después, considerando aceptable esa modalidad.

Menos efectiva y poco recomendable es la colocación de la información del límite por delante del aviso de la existencia de un radar, algo que sucede en uno de cada cuatro puntos de control de la red vial catalana. Y totalmente inaceptable resultan para el Racc las situaciones en que no hay información de la velocidad máxima permitida en los tres kilometros anteriores al radar, que se da en el 11 por ciento de los casos. Mucho más inaceptable, considera el Racc, son los 10 radares (4%) cuya presencia no se avisa amenos de 3.000 metros, claro que, puntualiza, 9 de ellos estaba inactivos en el momento del análisis (2015-1016) y el décimo ubicado en una zona en obras.

La conclusión es que el 40 por ciento de los radares actúan en el territorio bajo al responsabilidad del Servei Català de Trànsit no tiene una señalización aceptable. Lo que si es correcto en el 97 % de los casos es el estado de conservación de las señales.

Sobre la distancia de aviso con respecto al punto de control, el estudio determina que en el 38 % de los casos está demasiado cerca o demasiado lejos; la falta de un criterio bien definido propicia variaciones de 500 a 2.000 metros.

Ubicados en carreteras de bajo riesgo

Sobre la colocación de los puntos de control de la velocidad, la auditoría del Racc destaca que el 58 por ciento se encuentran en carreteras de riesgo de accidentes bajo o muy bajo, los índices de riesgo del 45 % de las vías catalanas. Por contra, el 18 % de los trazados que presentan un riesgo muy alto solo cuentan con el 3 % de los radares.

Situación que lleva al automóvil club catalán a pedir una distribución más acorde con la función preventiva que deben tener los controles de velocidad. Pese a esa petición, la auditoría no olvida que algunos puntos de control en las vías de bajo riesgo pueden estar contribuyendo a evitar accidentes y que la calificación de alto riesgo no siempre la provoca los excesos de velocidad.

La revisión realizada por el Racc de los puntos de control de velocidad muestra que la red convencional cuenta con el doble de radares que la de alta capacidad, en consonancia con el volumen de muertos y heridos que en ellas se registran, puntualizan los auditores (71 % de muertos y heridos graves en carreteras convencionales, frente al 29 % de autopistas, autovías y rondas de Barcelona).

Distribución de radares en España:

Cataluña 249

Andalucía 133

León 89

País Vasco 77

Galicia 64

C. Valenciana 62

Castilla_La Mancha 60

Aragón 50

Madrid 37

Asturias 25

Baleares 21

Extremadura 20

Múrcia 20

Canarias 18

La Rioja 13

Cantábria 9

Navarra 5

Total 952