Si te has escapado unos días este verano, seguro que has vuelto esta semana a la rutina con las pilas cargadas. Ahora bien, ¿las vacaciones han afectado a tu coche de alguna manera? No nos referimos solo a los kilómetros ni al calor, porque puedes haberte traído un poco de arena, y ya te adelantamos que a tu coche no le gusta tanto la playa como a ti.
No hace falta que metas tu vehículo en la misma playa para que se llene de arena, porque basta con tenerlo aparcado relativamente cerca o que te subas al coche sin sacudirte antes. Además, es tan molesta que se cuela en la tapicería, en el maletero, los raíles de los asientos, cualquier recoveco del salpicadero…
Más allá de lo incómodo que es notar arena, también puede rayar la pintura, desgastar la tapicería y hasta acelerar la corrosión si la juntamos con la humedad y la sal del mar. Por eso, si todavía no lo has hecho, esta es la señal que necesitas para lavar tu coche hoy mismo.
Cómo eliminar la arena de tu coche sin dañarlo

Lo primero que debes tener en cuenta es que la arena es abrasiva. Esto solo significa que si la frotas en seco sobre la pintura o cualquier otra superficie interior, lo más probable es que termines haciendo algún arañazo. Por eso, hay una regla de oro: jamás limpies tu coche en seco si hay arena o cualquier otro resto de suciedad.
En el exterior, empieza siempre con agua a presión para arrastrar la mayor parte de la arena antes de entrar en contacto con la superficie. Después, puedes utilizar algún limpiador y una esponja suave o guante de microfibra. Trabaja siempre de arriba a abajo y después aclara bien. No te olvides de los pasos de rueda y los bajos del coche, porque ahí también se acumulan los restos de salitre que favorecen la corrosión.
En el interior, los pasos son ligeramente diferentes:
- Quita las alfombrillas y sacúdelas bien fuera del coche.
- Pasa una aspiradora potente con una boquilla fina para poder acceder bien a todas las ranuras. La arena normalmente se ‘esconde’ en los raíles de los asientos, las uniones de las puertas o en el maletero.
- Si quieres un acabado más profesional o hay mucha arena, puedes utilizar brochas más pequeñas o cepillos de cerdas suaves para, por ejemplo, las ranuras del aire acondicionado.
- Para los plásticos y superficies duras, lo mejor es un paño de microfibra humedecido. Así, eliminas polvo y arena sin arañar.
Y un truco que quizá puedes poner en práctica ya el próximo verano: sacúdete siempre los zapatos, la ropa y hasta la piel antes de subirte al coche. Parece evidente, pero no todo el mundo lo hace y a la larga lo agradecerás.
Las piezas más sensibles a playa

Lógicamente, no todas las partes del coche sufren de la misma manera. Los restos de arena, de sal y la humedad afectan directamente a la mecánica. Por ejemplo, el sistema de refrigeración es uno de los más expuestos, porque el calor (junto a la suciedad) provoca sobrecalentamiento. Revisa el nivel de líquido refrigerante y asegúrate de que no haya restos que obstruyan la rejilla del radiador.
Los frenos también sufren bastante, porque la arena se puede colar en los discos y pastillas. Esto acelera el desgaste y también provoca ruidos. Por eso, haz una revisión visual e insiste en la zona cuando laves el coche.
¿Y la batería? El calor extremo reduce la vida útil de la batería. Mientras que los neumáticos probablemente estén más desgastados que antes del verano, tanto por el asfalto abrasivo como por llevar el coche demasiado cargado. Comprueba siempre la presión y el dibujo para saber si tienes que cambiarlos.