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lunes, 15 septiembre 2025

¿Es posible que aumenten los límites de velocidad en España? Una prueba piloto puede dar la respuesta

Varios países europeos están estudiando o implantan ya nuevos límites de velocidad máxima.

Circular a una velocidad superior a los 120 km/h por las autopistas españolas de forma legal es un sueño para muchos conductores. Y aunque la DGT siempre ha mantenido con firmeza este límite, podríamos estar a las puertas de un cambio.

Mientras en otros países europeos ya se permiten velocidades más altas, la DGT ha puesto en marcha un proyecto piloto en Cataluña que podría revolucionar la forma en la que entendemos la circulación. En un tramo de la autopista de Tarragona, la velocidad máxima ya no la decidirá una señal fija, sino un software de inteligencia artificial.

España se lanza a la prueba de los 150 km/h de velocidad máxima permitida

límites de velocidad
Fuente: DGT

Durante años, la velocidad máxima de 120 km/h en autopistas y autovías ha sido una de las normas más inquebrantables de nuestro Código de Circulación. Sin embargo, la tecnología avanza y con ella, las posibilidades de gestionar el tráfico de una forma más eficiente y segura. Es aquí donde entra en juego la prueba piloto de la DGT para estudiar la viabilidad de un límite de velocidad dinámico.

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Este experimento se enmarca en un proyecto más amplio que busca optimizar la fluidez del tráfico y mejorar la seguridad vial a través de la inteligencia artificial. Se está desarrollando en un tramo de la AP-7 a la altura de El Vendrell, en Tarragona.

El corazón de este proyecto es un sistema de gestión que utiliza inteligencia artificial para analizar en tiempo real las condiciones de la carretera. Esta tecnología tiene en cuenta factores como el volumen del tráfico, el estado del pavimento, la visibilidad y las condiciones meteorológicas. Con toda esta información, el sistema es capaz de ajustar el límite de velocidad en los paneles electrónicos que ya existen en las autovías.

Imagina que circulas por el tramo en pruebas. El día es soleado, hay poco tráfico y la carretera está en perfectas condiciones. El sistema lo detecta y los paneles luminosos cambian, mostrando un nuevo límite de velocidad de 150 km/h. Este cambio es una excepción que se activa solo cuando todas las condiciones son ideales para que la conducción a esa velocidad sea segura.

Pero si de repente empieza a llover, o si se forma una retención por algún accidente, la IA lo detecta al instante y el límite se reduce a los 120 km/h habituales, o incluso por debajo si la situación lo requiere. La idea principal no es solo permitir que vayas más rápido, sino adaptar la velocidad de forma inteligente para que sea la más segura en cada momento. Así es como funciona el límite de velocidad dinámico, nombre que se le ha puesto a este experimento.

Este sistema es muy diferente a una multa por exceso de velocidad de un radar convencional. La intención no es castigar, sino regular. Busca el equilibrio entre una circulación más rápida y fluida en tramos despejados y la seguridad cuando las condiciones no son óptimas. Es un modelo que ya se ha visto en otros países y que ahora se está explorando en España.

Lo que están haciendo otros países de Europa

Unión Europea
Fuente: Pexels

España no es el único país que está pensando en este tipo de medidas. De hecho, el debate sobre los límites de velocidad en Europa es una constante. Mientras que algunos países han apostado por bajarlos para reducir la siniestralidad, otros están explorando el camino opuesto, siempre con la seguridad como objetivo principal.

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Uno de los ejemplos más notables es el de Alemania, cuyas autopistas no tienen un límite de velocidad en muchos de sus tramos. A pesar de esto, se sigue considerando una de las redes de carreteras más seguras del continente. El éxito radica en una infraestructura de altísima calidad y en una cultura de conducción muy disciplinada, donde la precaución y el respeto a la señalización son fundamentales.

Más cerca de nuestra realidad encontramos el caso de Polonia y Bulgaria, donde el límite en autopistas ya está establecido en 140 km/h. Son dos de los países con los límites más altos de la Unión Europea, aunque también con particularidades en su red de carreteras.

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Pero el caso que más se asemeja a lo que está haciendo la DGT en España es el de la República Checa. Este país ha iniciado un proyecto muy similar al español, donde el límite de velocidad en un tramo de 50 kilómetros de la autopista D3, que conecta České Budějovice con Tábor, se ha subido a 150 km/h. Al igual que en España, la medida solo se aplicará bajo condiciones muy estrictas de buen tiempo y poco tráfico. Si el proyecto piloto es exitoso, la idea es extenderlo a otras vías.

Otro país que a menudo se menciona en este debate es Italia. En algunas de sus autopistas ya se permitía circular a 150 km/h. Sin embargo, esta medida no está generalizada y se aplica solo en algunos tramos concretos de autopistas de tres o más carriles por sentido, siempre y cuando cuenten con la señalización adecuada. El límite general sigue siendo de 130 km/h.

¿Por qué ahora? El debate entre seguridad, fluidez del tráfico y medio ambiente

autovía
Fuente: Agencias

La posibilidad de aumentar la velocidad máxima no es un tema nuevo, pero la tecnología actual lo ha hecho viable de una manera que antes era impensable. No solo se trata de permitir que los coches vayan más rápido, sino de hacer que el flujo de tráfico sea más constante y fluido.

Una de las principales preocupaciones que surgen al hablar de un aumento de velocidad es la seguridad vial. La DGT ha sido siempre muy estricta con los límites porque las cifras de accidentes y víctimas en carretera a menudo están muy ligadas a los excesos de velocidad.

Sin embargo, los defensores de esta nueva medida argumentan que un límite de velocidad dinámico podría incluso mejorar la seguridad. Si el sistema detecta que las condiciones son peligrosas, la velocidad baja, evitando que los conductores circulen a un ritmo inadecuado. En cambio, si las condiciones son perfectas, un aumento de la velocidad podría reducir la fatiga en viajes largos y evitar el «efecto embudo» que a veces se produce cuando un tramo de alta capacidad está infrautilizado.

Otro aspecto que no se puede ignorar es el impacto medioambiental. A mayor velocidad, mayor consumo de combustible y, por lo tanto, mayores emisiones. Este es un punto en el que la DGT y otros organismos se han centrado en los últimos años, promoviendo límites de velocidad más bajos para reducir la huella de carbono.

La clave de la prueba piloto está en encontrar el equilibrio. La IA permite gestionar la velocidad de forma inteligente, limitándola en tramos de alta densidad de tráfico o en condiciones adversas, lo que podría, en teoría, optimizar el consumo de combustible y las emisiones globales, al evitar frenadas y acelerones constantes.

Si este experimento demuestra que se puede aumentar la velocidad en tramos concretos sin comprometer la seguridad, es probable que veamos cambios significativos en nuestras carreteras en los próximos años. Por ahora, solo nos queda esperar y ver si, en un futuro no muy lejano, los 150 km/h se convierten en una realidad para tus viajes.

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