La contaminación en las ciudades por ‘culpa’ de los coches es un problema que nos afecta en España y que lógicamente está presente en buena parte de los países del mundo. Aquí, el Gobierno y la Dirección General de Tráfico (DGT) han puesto en marcha medidas anticontaminación, como son las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y los distintivos ambientales que clasifican a los vehículos según las emisiones.
Cada lugar del mundo ataja el problema a su manera, y Londres no iba a ser menos. La capital de Reino Unido es una de las metrópolis más pobladas y ha decidido poner en marcha una solución en la que reina la tecnología para multar a los coches que más contaminan. Y los ciudadanos tienen su propia ‘solución’ para que esas cámaras masivas desaparezcan.
Es un sistema que conocemos como ULEZ (Ultra Low Emission Zone) y busca reducir el volumen de vehículos antiguos y contaminantes que circulan por la ciudad, pero también conseguir un cambio real en su parque móvil. Para eso, han colocado cámaras masivas por todos los rincones de la ciudad (desde el centro hasta los suburbios) para vigilar a los coches que circulan. Algo parecido a lo que tenemos en España con las cámaras que vigilan las ZBE, pero con más tecnología.
Las cámaras masivas de Londres para controlar a los coches más contaminantes
El ULEZ nació en el año 2014, aunque el despliegue se ha hecho de forma progresiva hasta cubrir los 32 distritos que forman Londres, incluyendo también las zonas de la periferia. Los vehículos que no cumplan las normas sobre emisiones —principalmente coches de gasolina matriculados antes de 2006 y diésel previos a 2015— tienen que pagar una tasa diaria de alrededor de 15 euros (12,50 libras). Quienes ignoren la norma se enfrentan a multas diarias de hasta 180 libras (unos 210 euros), una penalización que se puede acumular en el caso de los conductores que cogen el coche a diario.
El sistema funciona con cámaras masivas repartidas por toda la ciudad que captan la matrícula del vehículo y la cruzan con una base de datos actualizada que indica los coches autorizados para circular y los que no lo están. Es un sistema automático que funciona las 24 horas del día y permite un control bastante estricto sin necesidad de que haya presencial policial.
Eso sí, buena parte de los conductores no están de acuerdo con el sistema que ha puesto en marcha Londres, porque consideran que supone una amenaza para la libertad de movimientos y para la economía. Es por eso que se han tomado la justicia por su mano y en las últimas semanas se han registrado actos vandálicos contra esas cámaras, con destrozos físicos, cortes de cables, robos y hasta ataques con explosivos. De hecho, en el año 2023 la ciudad contabilizó más de 380 cámaras dañadas y sabotajes en el cableado, lo que obliga a las autoridades a reforzar la vigilancia.
En cualquier caso, la norma sigue en marcha, pues defienden que limitar el acceso a los coches más contaminantes supone más ventajas que inconvenientes. Algo parecido a lo que tenemos en España, pero sin líos de etiquetas, y contra lo que los londinenses ya han encontrado ‘solución’.
¿Ayuda a reducir la contaminación?

Además de las multas por acceder a las ciudades con coches contaminantes, Transport for London ha complementado el ULEZ con ayudas económicas de hasta 2.000 libras para los conductores que achatarren un vehículo antiguo y contaminante. El equivalente a nuestro Plan MOVES III.
Es una medida que busca renovar el parque móvil, impulsar la compra de vehículos eléctricos, híbridos o coches más respetuosos con el medioambiente. Además, la medida está respaldada con datos: el ULEZ ha conseguido reducir hasta un 54% los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂) en el centro de Londres, lo que tiene consecuencias positivas para la salud y ayuda a reducir las enfermedades asociadas a la contaminación.