El pasado 1 de septiembre fue el día de volver a la rutina para miles de personas en España, pero esta semana toca volver al cole. Los peques comienzan un nuevo curso y tú, para llevarles y recogerles a diario, tienes que asegurarte de que tu coche esté en perfecto estado. Por eso, no está de más hacer una revisión de algunos elementos básicos que sufren después del verano.
Después de tres meses de calor, de kilómetros acumulados y alguna que otra escapada con el coche cargado de las maletas de toda la familia, es perfectamente normal que algunos elementos estén desgastados. La seguridad de tus hijos debería ser siempre una prioridad, pero ahora los mecánicos advierten de cuáles son las cinco tareas de mantenimiento que sí o sí tienes que hacerle a tu coche. O llevarlo a un taller y dejarlo en manos de profesionales.
Empieza por revisar los neumáticos de tu coche

Los neumáticos son el único punto de tu coche que te mantiene en contacto con el asfalto, y son mucho más importantes de lo que crees. Y lo peor es que el verano no suele ser su mejor aliado. Las altas temperaturas aceleran el desgaste de la goma y es normal que las presiones también se alteren como consecuencia del calor.
Si a eso le sumas los kilómetros de este verano, el coche cargado e incluso algún golpe contra en bordillo o haber pasado más rápido de la cuenta por algún bache, la consecuencia puede ser un neumático en mal estado.
Comprueba la presión de los neumáticos (siempre en frío y según las recomendaciones del fabricante) y la profundidad del dibujo. Y hazlo más pronto que tarde, porque la lluvia propia del otoño aumenta el riesgo de aquaplaning en neumáticos desgastados.
No te olvides de revisar los frenos
Otro componente que sufre muchísimo durante las vacaciones de verano son los frenos, sobre todo si haces viajes de montaña (o en carreteras con fuertes pendientes descendentes) o has llevado el coche muy cargado. Las patillas y los discos acumulan desgaste, y el líquido de frenos puede perder propiedades con el calor.
Por supuesto, tener los frenos en buen estado es importante siempre, pero todavía más al llevar a tus hijos al cole, en atascos o pasos de cebra. Los talleres recomiendan comprobar el grosor de las pastillas, el estado de los discos y sustituir el líquido si lleva más de dos años sin cambiarse.
No te olvides de la batería de tu coche

La batería es uno de los componentes que más averías provoca en otoño. El calor del verano (aunque no todo el mundo lo sepa) acelera su desgaste, así que en septiembre es un elemento propicio para fallar. Mucho más en trayectos cortos y repetitivos.
Lo ideal es que lleves el coche al taller para una comprobación que no te llevará más de unos pocos minutos. Un profesional podrá verificar el nivel de carga y la capacidad de arranque. Si tu batería tiene más de cuatro años y las cifras anteriores no acompañan, quizá es un buen momento para cambiarla antes de correr el riesgo de quedarte tirado.
Ojo con los niveles de aceite y refrigerante
Después de viajes largos, con el maletero lleno y con el aire acondicionado a tope, el motor puede que haya consumido más aceite o líquido refrigerante de lo habitual. Por eso, cuando vuelvas a la rutina, comprueba los niveles y el estado de los dos líquidos.
Por ejemplo, si el aceite se degrada pierde capacidad de lubricación y se acelera el desgaste del motor. El refrigerante, como su propio nombre indica, evita el sobrecalentamiento y protege el circuito. Los mecánicos recomiendan revisar el nivel y también su aspecto, porque si presenta impurezas o un color poco habitual, lo más probable es que tengas que cambiarlo.
¿Y la comodidad? Comprueba la climatización y los filtros
Todas las revisiones que recomiendan los mecánicos son importantes para la seguridad, pero lógicamente también van a tener una consecuencia directa en tu confort (y en el de tus hijos). Comprueba también que el sistema de climatización funcione como debe.
Por otro lado, el filtro de polen sobre todo tiende a acumular polvo y partículas contaminantes que afectan al rendimiento del climatizador y a la salud de todos los ocupantes del vehículo. Cámbialo cuando toca para un aire más limpio dentro del habitáculo.