En la ciudad de Praga, la capital de la República Checa, se fundó hace más de 100 años una de las más laureadas empresas automovilísticas en el mundo de la competición. Y ahora dan el salto a la producción de vehículos de calle con la aparición de este impresionante Praga Bohema, un extraordinario superdeportivo que traslada a la carretera toda la tecnología desarrollada a lo largo de muchos años dentro de los circuitos de medio mundo.
Comenzando por el corazón utilizado por este Praga Bohema, decir que se trata de un 3.8 V6 Biturbo bastante conocido. Y es que este bloque lo hereda directamente de un Nissan GT-R, que se envía desde Japón a Reino Unido para que los especialistas de Litchfield Motors trabajen en el. Y es que este preparador abre por completo este motor para convertirlo en un bloque con cárter seco, detalle que reduce su tamaño, pudiendo ser colocado en una posición más baja, acercando al asfalto el centro de gravedad del vehículo. Y con esta tecnología también se evita la posibilidad de quedarse sin lubricación en curvas a alta velocidad.
El motor del Nissan GT-R llega a este Praga Bohema
Pero además de esta conversión, Litchfield también instala dos nuevos turbocompresores y demás detalles que permiten elevar su potencia hasta los 710 CV cuando gira a 6.800 rpm. Y aunque parecen más que suficientes, Litchfield tiene experiencia en llevar a este corazón con el código PL38DETT hasta coquetear con los 1.000 CV de potencia. Por si no fuera suficiente, el propulsor de este Praga Bohema también eroga 725 Nm de par motor entre 3.000 y 5.000 rpm. Además hay que tener en cuenta que para el se ha creado un sistema de escape fabricado en titanio, de la misma manera que viene acompañado de una transmisión secuencial Hewland con seis velocidades. Este cambio tiene un embrague pilotado y modo semiautomático para ofrecer un extra de confort en conducción diaria.
El motor y la caja de cambios se montan de forma independiente al chasis monocasco que da forma al Praga Bohema. Como no podía ser de otra manera, este se fabrica por completo en ligera fibra de carbono. De este mismo material se crean los diferentes paneles que dibujan la carrocería de este bólido, que fueron diseñados por la propia compañía checa y testados en el túnel del viento donde también se prueban monoplazas de Fórmula 1. Allí consiguieron que sus componentes aerodinámicos consigan generar hasta 900 kilos de carga cuando se circula a 250 km/h.
El Praga Bohema pesa 982 kilos y tiene 710 CV de potencia
Eso es prácticamente el peso de este sensacional deportivo. Y es que gracias a su ligera construcción se consigue hablar de menos de 1.000 kilos en orden de marcha (son exactamente 982 kilos). Combinado con la potencia de su bloque, no es de extrañar que este Praga Bohema pueda acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 2,3 segundos, de la misma manera que su velocidad máxima se cifra en 300 km/h. Dato superior al que muchos de sus bólidos consiguen alcanzar en muchos circuitos del mundo.
Como los bólidos de competición dela compañía, este Praga Bohema contará con una suspensión totalmente regulable y con una configuración de carreras. Estas se conectan a unas ligeras llantas forjadas, que tienen bloqueo central y que son de 18 pulgadas delante y de 19 pulgadas detrás. Tras ellas aparece un poderoso equipo de frenos con discos carbocerámicos, que en el eje delantero tienen 380 milímetros de diámetro y pinzas de seis pistones. Y un Pirelli P Zero Trofeo R han sido los zapatos elegidos para calzar a este bólido.
Roman Grosjean ha puesto a punto este Praga Bohema
Praga dice que este bólido tiene solo 180 kilos de masa no suspendida, lo que les ha permitido que esta configuración sea lo suficientemente flexible para la carretera sin la necesidad de tener que recurrir a un sistema de suspensión adaptativa, que hubiera añadido peso extra al vehículo.
Para asegurar el comportamiento dinámico de su Praga Bohema tanto dentro como fuera de los circuitos, la compañía checa se puso en contacto con Romain Grosjean, antiguo piloto de Fórmula 1 y actual piloto de IndiCar. Al volante de esta criatura consiguió rodar en tiempos semejantes a los que se pueden conseguir con un bólido de la categoría GT3.
“Quedé asombrado por el increíble rendimiento de Bohema en la pista, su accesibilidad en la carretera y la facilidad de transición entre los dos”, dijo Grosjean. “¡Praga realmente cumplió con mi desafío! En el camino, obtiene un viaje suave, el automóvil elimina los baches, puede conversar con el pasajero y todo está en calma y bien. Luego, simplemente cambia el enfoque y estarás en la pista”.
Se fabricaran 89 unidades de este Praga Bohema
Precisamente para ofrecer un mínimo de confort en carretera, este Praga Bohema luce un minimalista interior con dos asientos esculpidos en el chasis del vehículo y vestido con un exclusivo tapizado Alcantara. Estos cuentan con regulación, al igual que ocurre con los pedales y el volante de esta criatura, que luce precisamente una pantalla integrada para mantener informado al conductor. Aquí dentro tampoco falta un sistema de climatización, espacios para pequeños objetos, botellas de agua…
La compañía checa ha confirmado que solo va a fabricar 89 unidades de su Praga Bohema. Todo ello para rendir homenaje a los 89 años que han pasado desde la victoria del Praga Alfa en las 1.000 millas de Checoslovaquia en el año 1933. Cada una de estas criatura tendrá un precio de partida de 1,28 millones de euros más impuestos. Además su producción arrancará en la segunda mitad de 2023 a un ritmo de 20 unidades al año.
Estos irán a parar a mercados como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón, Hong Kong o Australia.