¿Alguna vez te has preguntado por qué, de forma casi instintiva, bajas el volumen de la música o incluso la apagas cuando estás buscando un lugar para aparcar? Esta acción, que puede parecer trivial, tiene una explicación científica basada en el funcionamiento del cerebro y su capacidad de atención. Y quedate tranquilo, no es algo que hagas solamente tu, sino una reacción instintiva de la mente.
Nuestro cerebro recibe información a través de dos vías principales: la vía consciente y la vía automática. La primera se encarga de procesar aquello a lo que prestamos atención de forma deliberada, como la búsqueda del aparcamiento en sí. Por otro lado, la vía automática se encarga de procesar información sensorial y estímulos ambientales de forma involuntaria, como la música que estamos escuchando.
El volumen de la música impacta en nuestro cerebro
La música tiene un gran impacto en nuestro cerebro, activando diversas áreas relacionadas con las emociones, la memoria y el movimiento. Esta estimulación puede ser tan intensa que, en determinadas situaciones, puede llegar a afectar nuestra capacidad de concentración y atención. Esto hace que se nos vuelva muy difícil poder realizar otra tarea y sobre todo cuando la misma requiere mucha atención.
El cerebro tiene una capacidad de atención limitada, lo que significa que no puede procesar dos tareas que demanden toda nuestra atención de forma simultánea. Cuando estamos buscando un aparcamiento, necesitamos enfocar toda nuestra atención en la tarea de conducir, observar el entorno y realizar las maniobras necesarias. La música, al ser un estímulo tan absorbente, puede interferir en este proceso, dificultando la concentración y aumentando el riesgo de cometer errores.
Más allá del aparcamiento, lo hacemos también en otros momentos
Este fenómeno no se limita únicamente a la acción de aparcar. Lo mismo ocurre en otras situaciones que requieren un alto nivel de atención, como realizar un cálculo mental complejo mientras caminamos o intentar mantener una conversación profunda mientras vemos la televisión y terminamos bajando el volumen. En estos casos, nuestro cerebro, de forma automática, tiende a disminuir o eliminar el estímulo distractor, como la música o la televisión, para poder enfocarse en la tarea principal.
Si bien es cierto que podemos realizar varias tareas de forma simultánea, especialmente aquellas que no requieren un alto nivel de atención, la idea de la multitarea como una habilidad beneficiosa ha sido cuestionada por diversos estudios. Al enfocarnos en varias tareas a la vez, la calidad y eficiencia de cada una de ellas suele disminuir. Así que la próxima vez que intentes estacionar tu Dacia, apaga la música, realmente te ayudará a hacerlo correctamente.