La DGT está barajando la posibilidad de poner en marcha un paquete de normativas que es, cuanto menos, un tanto polémico. Según el propio organismo, el objetivo es fomentar la movilidad sostenible, pero se han alzado voces asegurando que lo único que se busca es recaudar. De hecho, de lograr poner en marcha el plan, estaríamos hablando de un giro de 180 grados en la forma en la que entendemos la circulación, una medida que podría impactar de forma brutal en tu bolsillo y en la manera de concebir el uso del coche.
Desde limitar el número de vehículos que puede haber en un hogar hasta multas que ascenderían a muchos miles de euros, las medidas no dejan a nadie indiferente. Y a muchos les parecen normas imposibles de cumplir, con lo que la sanción estaría asegurada.
1El pago por circular que quiere aplicar la DGT

En palabras de la propia DGT, como entidad encargada de velar por la seguridad vial siempre está buscando nuevas fórmulas para mejorar la circulación. Aunque no dejan de surgir voces que alertan de que lo único que busca el organismo es meter la mano en el bolsillo de los conductores. En los últimos años, hemos visto cómo se han endurecido las multas por el uso del móvil, por no llevar el cinturón de seguridad y por no respetar las distancias.
Ahora, la DGT ha puesto sus ojos en un modelo de pago por uso de las carreteras, una idea que ya se ha implementado de forma parcial en Ibiza y Formentera para reducir la densidad de tráfico en las islas. En Mallorca se está preparando una norma parecida para la temporada alta.
Este sistema de peajes de congestión es una idea que lleva rondando por las cabezas de los legisladores desde hace años. Se trata de cobrar una tarifa por circular en zonas de alta densidad de tráfico, en especial en el centro de las ciudades. La idea es sencilla: si quieres entrar en una zona con mucho tráfico, pagas. Si no, buscas rutas alternativas o usas el transporte público.
Esta medida, que se ha filtrado como una de las posibles opciones en estudio, busca desincentivar el uso del vehículo privado y fomentar el uso del transporte público. Se trataría de una medida que afectaría a todos los vehículos, sin importar cual sea su etiqueta ambiental, y las únicas excepciones serían las personas con movilidad reducida y los servicios de emergencias.
Se argumenta que una tarifa baja, como un euro al día por coche como se aplica en las islas, no supone un gran desembolso para un usuario puntual, pero sí generaría una recaudación muy importante para el Estado. Además, la DGT podría usar este dinero para mejorar las infraestructuras y promover la movilidad sostenible..