Después de un viaje de calor, atascos y maletero cargado hasta arriba, tu coche no vuelve de vacaciones igual que se fue. El verano lo castiga con sus temperaturas extremas, las largas horas de uso y carreteras en condiciones muy distintas a las del día a día. Todo ese esfuerzo se traduce en un desgaste silencioso de las piezas que, si no se atiende a tiempo, puede acabar en una visita al taller.
Por eso, nada más regresar a casa, conviene hacer una revisión rápida y efectiva a los componentes más expuestos al deterioro. Un chequeo sencillo que puedes realizar tú mismo gracias a herramientas tan útiles como un escáner OBD2. Con esas comprobaciones, no solo alargarás la vida útil de tu coche; también te asegurarás de que vuelva a la rutina en óptimas condiciones.
5Luces y testigos

El sistema de alumbrado es clave en tu seguridad en la carretera, tanto para ver como para ser visto. Tras el verano, revisa todas las bombillas, incluidos los intermitentes, la de matrícula y la luz de freno. Conducir con una luz fundida no solo es peligroso, también pueden multarte. Aprovecha para limpiar los faros; la suciedad acumulada en los viajes reduce notablemente su eficacia.
Por último, no ignores los testigos del cuadro de instrumentos. Su interpretación es sencilla: amarillo significa precaución, rojo implica parada inmediata. Si alguno se enciende, no lo dejes pasar. Una herramienta muy útil son los escáneres OBD2, como el de Carly: permite identificar rápidamente si el fallo de una pieza es leve o requiere pasar por el taller. Será tu mejor aliado en tu vuelta de vacaciones.