Después de un viaje de calor, atascos y maletero cargado hasta arriba, tu coche no vuelve de vacaciones igual que se fue. El verano lo castiga con sus temperaturas extremas, las largas horas de uso y carreteras en condiciones muy distintas a las del día a día. Todo ese esfuerzo se traduce en un desgaste silencioso de las piezas que, si no se atiende a tiempo, puede acabar en una visita al taller.
Por eso, nada más regresar a casa, conviene hacer una revisión rápida y efectiva a los componentes más expuestos al deterioro. Un chequeo sencillo que puedes realizar tú mismo gracias a herramientas tan útiles como un escáner OBD2. Con esas comprobaciones, no solo alargarás la vida útil de tu coche; también te asegurarás de que vuelva a la rutina en óptimas condiciones.
3Rueda de repuesto y aire acondicionado

La rueda de repuesto o el kit antipinchazos son piezas que rara vez recordamos hasta que llega la urgencia. Sin embargo, nada genera más frustración que una avería en plena vuelta a casa y descubrir que el neumático de recambio está bajo de presión o el kit está caducado. Dedica unos minutos a comprobarlo: infla la rueda auxiliar, revisa la fecha del sellante y asegúrate de que funciona el compresor.
Otro que sufre en verano es el aire acondicionado. No solo por el uso intensivo, también porque el polvo, humedad y malos olores se acumulan en el filtro del habitáculo. Al volver, cambia la pieza si es necesario. Y si notas que el aire enfría poco, podría ser un problema del compresor o el ventilador. Lo recomendable es mantener el sistema activo incluso en invierno, al menos unos minutos, para que el circuito se mantenga en buen estado.