En los anales de la industria automotriz, pocos relatos emanan tanto poder y transformación como el de Pegaso, cuyo legado es la epítome de la ingeniería española y la audacia empresarial. Su historia, una fusión de innovación, estrategia empresarial y determinación visionaria, comienza en un momento crucial tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El Pegaso, heredero espiritual de la Hispano-Suiza, se convirtió en el emblema de esta nueva era de industrialización de España tras la guerra civil.
3El auge definitivo de Pegaso
La década de 1950 marcó un punto de inflexión con la construcción de la planta de Madrid-Barajas, un proyecto monumental que simbolizaba la determinación de España en tiempos de adversidad. Aquí nació el icónico Z-207 «Barajas», el primer camión que marcó una desviación del diseño heredado de la Hispano-Suiza y sentó las bases para una nueva generación de vehículos.
Pero la innovación no se detuvo allí. En Barcelona, en secreto, se gestó el Z-206, un camión revolucionario que desafiaba las convenciones y aseguraba el futuro del equipo técnico de la ciudad condal. Esta era la era dorada de Pegaso, donde la audacia y la creatividad se combinaban para dar forma al futuro de la industria.