En un mundo cada vez más preocupado por la movilidad sostenible y las soluciones de transporte urbano, los patinetes eléctricos han irrumpido como una alternativa compacta y eco-amigable. Sin embargo, la normativa en constante cambio y las regulaciones divergentes a nivel global están arrojando sombras sobre su utilización.
Desde ciudades europeas hasta el otro lado del mundo en China, el status de los patinetes eléctricos está en constante evolución, lo que ha llevado a un repunte inesperado en la popularidad de otro vehículo eléctrico: las sillas de ruedas motorizadas.
1Normativas cambiantes: un desafío para la micromovilidad

Los patinetes eléctricos han ganado rápidamente terreno como una alternativa ágil y conveniente para recorrer distancias cortas en las ciudades. No obstante, enfrentan desafíos significativos en términos de regulación. La disparidad en las normativas entre países e incluso dentro de las mismas naciones ha dado lugar a una incertidumbre legal que dificulta su adopción y operación.
Un ejemplo notorio de esta situación es el caso de París, donde se prohibieron los patinetes eléctricos de alquiler, y más recientemente, en Cantón, China, donde se implementó una normativa estricta para los Vehículos de Movilidad Personal (VMP). Esta nueva regulación implica inspecciones rigurosas para garantizar que los VMP no estén alterados, la imposición de límites de velocidad y horarios específicos, y la exigencia de que los conductores desciendan de sus patinetes al cruzar pasos peatonales. Estas medidas reflejan la preocupación por la seguridad de los VMP y su impacto en la congestión peatonal y vial.