Si este verano vas a dejar tu coche a pleno sol, corre a por un parasol y colócalo de inmediato: rebaja hasta 11 °C en el interior. Puedes encontrar versiones muy económicas en tiendas de todo tipo, incluso en el chino de tu barrio. No es solo cuestión de confort: el calor que se acumula en el coche supera con creces la temperatura exterior y puede afectar tu confort, seguridad y hasta la durabilidad del vehículo.
Un estudio del RACC demuestra que cuando hace 25 °C fuera, sin parasol el salpicadero puede alcanzar los 77 °C y el habitáculo los 43 °C. Pero con un parasol colocado, esas cifras se reducen drásticamente: el salpicadero desciende a unos 38 °C y el interior se estabiliza en 32 °C —una reducción de 11 °C—. Esta sencilla barrera reflectante se convierte, así, en el mejor aliado para paliar el efecto invernadero provocado por la radiación solar.
5Consecuencias de no proteger el coche al sol

No usar un parasol implica exponerse a un interior descontrolado. El tablero puede superar los 70 °C, poniendo en riesgo tu piel al tocar superficies y deteriorando plásticos y componentes electrónicos. Además, el climatizador tendrá que refrigerar más difícilmente, consumiendo más y tardando más en estabilizar la temperatura.
Más allá de esto, el calor extremo puede provocar efectivamente sensación de somnolencia o fatiga, disminuyendo tu capacidad de atender señales y reaccionar a tiempo, lo que aumenta el riesgo de accidente. Proteger el interior del coche no es solo comodidad: es responsabilidad.