Imagina por un momento que tu coche, un modesto Opel Astra, figura en una multa por circular a casi 700 km/h. Suena surrealista, ¿verdad? Pues es exactamente lo que le ocurrió a un conductor en Bélgica. Según el radar, conducía a 696 km/h. La noticia no tardó en recorrer Europa, y en España no ha dejado indiferente ni a la Guardia Civil.
Aunque parezca sacado de una película, la historia tiene algo de verdad, mucho de error y bastante de anécdota. Y sí, por supuesto, ha despertado el interés de la Benemérita: no solo por la velocidad en sí, sino por cómo los fallos pueden influir en el sistema de multas. ¿Qué pasó exactamente? Vamos a verlo.
6Una historia para el recuerdo

El curioso y casi surrealista episodio de este Opel Astra evidencia que ni los sistemas más modernos están libres de fallos, y que el sentido común sigue siendo el mejor aliado de la tecnología. Aunque la historia tuvo final feliz y no pasó de anécdota, deja una reflexión importante: los dispositivos de control de velocidad son necesarios, pero también deben estar bien calibrados y supervisados.
Mientras tanto, el Astra belga ya tiene su lugar en la historia del motor, a pesar de no haber ido más que a 60 km/h. Por unas horas, fue el coche más rápido del planeta; al menos, sobre el papel. Probablemente, su dueño guarde esa multa como oro en paño, para recordar con el tiempo la insólita historia. Un error digital que, sin duda, seguirá dando que hablar.