Imagina por un momento que tu coche, un modesto Opel Astra, figura en una multa por circular a casi 700 km/h. Suena surrealista, ¿verdad? Pues es exactamente lo que le ocurrió a un conductor en Bélgica. Según el radar, conducía a 696 km/h. La noticia no tardó en recorrer Europa, y en España no ha dejado indiferente ni a la Guardia Civil.
Aunque parezca sacado de una película, la historia tiene algo de verdad, mucho de error y bastante de anécdota. Y sí, por supuesto, ha despertado el interés de la Benemérita: no solo por la velocidad en sí, sino por cómo los fallos pueden influir en el sistema de multas. ¿Qué pasó exactamente? Vamos a verlo.
1La cifra imposible hasta para un Fórmula 1
¡696 km/h! Ni siquiera los coches más potentes del mundo, como el Bugatti Chiron o el Koenigsegg Jesko, que superan los 400 km/h, podrían acercarse a semejante velocidad en carretera abierta. Mucho menos un Opel Astra, un compacto familiar que alcanza un máximo de 235 km/h, según su ficha técnica.
¿Cómo podía un simple turismo registrar tal dato? ¿Era un coche modificado con motor de cohete? Nada de eso. Lo que ocurrió fue simplemente un error monumental del radar. Y ese fallo técnico bastó para que, por unas horas, se creyera que había roto todos los récords de velocidad conocidos.
