Olvidar a un pequeño o a un bebé en el coche aparcado al sol es una de esas tragedias que nadie quiere sufrir: en pocos minutos, la criatura puede morir. Este fenómeno se denomina ‘Síndrome del Bebé Olvidado’ y, por desgracia, este descuido es más habitual de lo que pensamos. Recientemente, una vecina salvó a una niña de menos de un año de un destino fatal, pero el padre tuvo una curiosa manera de agradecérselo: quiere que le pague la ventana rota y los desperfectos de su adorado coche.
El caso se presentó en ‘Dear Prudence’, el consultorio de la revista Slate. La historia, contada por la madre de la niña, deja al padre en una posición realmente cuestionable. La pareja tiene una hija de 10 meses, Isabelle, a la que el progenitor fue a recoger de la guardería. Al llegar a casa, recibió una llamada de trabajo aparentemente importante y, en su distracción, dejó el vehículo aparcado al sol, olvidando sacar a la pequeña.
¿Cómo fue todo el incidente que protagonizó el bebé?
El coche estaba al sol y la temperatura exterior rondaba los 35ºC. Este escenario convierte el habitáculo en un verdadero horno, pues el «efecto invernadero del coche» puede elevar la temperatura interior a más de 50ºC en solo media hora. Este calor es extremadamente peligroso para cualquier persona o mascota, pero aún más para un bebé, cuyo cuerpo se calienta mucho más rápido que el de un adulto.
La salvadora de la pequeña Isabelle fue una chica de 13 años, hija de los vecinos de la casa de al lado. Precisamente iba a devolver una podadora a la pareja cuando se dio cuenta de que el bebé estaba dentro del coche, cerrado automáticamente. La bebé ya se había desmayado, así que, tras llamar al timbre y no recibir respuesta, la joven rompió el cristal del automóvil con la podadora para sacar a la niña. Isabelle fue ingresada en el hospital, pasó la noche en observación y recibió el alta al día siguiente.
La insólita reacción del propietario del coche y padre de la bebé
Lo surrealista del caso viene después. El padre de Isabelle, aunque lamenta el descuido que tuvo, también se lamenta, y mucho, de los desperfectos sufridos por su coche personalizado, un regalo de sus padres. Además de romper la ventana, la joven vecina abolló la puerta y rayó la carrocería. El seguro del coche tiene franquicia y no cubre todos los gastos de reparación. Sin embargo, el modelo del automóvil no se especifica en el relato.
Lo más increíble es que el padre insiste en que la factura de los daños deberían pagarla los padres de la niña salvadora porque «ganan mucho dinero». La joven llegó a cortarse el brazo durante el rescate y tuvo que recibir puntos. Nada de esto parece importarle al hombre, oriundo de Estados Unidos, ni tampoco que la culpa de que casi muriera su hija fuera suya. Incluso ha amenazado con denunciar a los vecinos si se niegan a pagar. «Es repugnante», concluye la madre de la niña rescatada.
