¿Quién no se ha dejado alguna vez el paraguas, el móvil o las gafas de sol en un taxi? Moverse actualmente por la ciudad en servicios como Cabify, Uber o Bolt es el pan de cada día; y olvidar en ellos algún objeto, más común de lo que imaginamos. Pero lo que puede que no sepas —y te va a sorprender— es a dónde van a parar todas esas cosas que nunca reclaman sus dueños.
Porque no, no desaparecen en un agujero negro ni terminan acumulando polvo en un almacén interminable. Algunos encuentran una segunda oportunidad gracias a iniciativas que no solo resuelven un problema logístico, sino que, de paso, ayudan a quienes más lo necesitan. ¿Quieres saber cómo? Te lo contamos todo en este artículo.
4Del despiste al gesto que cambia vidas

Imagina la escena: una persona sin recursos recibe una mochila para poder ir a clases de formación, o un paraguas en pleno invierno, o incluso unos auriculares con los que poder seguir un curso online. No son grandes lujos, son cosas pequeñas, pero pueden cambiar un día o, incluso, una vida entera.
Gracias al acuerdo entre Cabify (a través de Vecttor) y Cáritas, eso ya es una realidad. Cáritas se encarga de revisar cada objeto en buen estado y de darle un uso útil en alguno de sus programas sociales. Es el ejemplo perfecto de economía circular, aplicado a algo tan inusual como los objetos perdidos. Y lo mejor de todo: sin coste alguno para el cliente ni para el medio ambiente.