¿Quién no se ha dejado alguna vez el paraguas, el móvil o las gafas de sol en un taxi? Moverse actualmente por la ciudad en servicios como Cabify, Uber o Bolt es el pan de cada día; y olvidar en ellos algún objeto, más común de lo que imaginamos. Pero lo que puede que no sepas —y te va a sorprender— es a dónde van a parar todas esas cosas que nunca reclaman sus dueños.
Porque no, no desaparecen en un agujero negro ni terminan acumulando polvo en un almacén interminable. Algunos encuentran una segunda oportunidad gracias a iniciativas que no solo resuelven un problema logístico, sino que, de paso, ayudan a quienes más lo necesitan. ¿Quieres saber cómo? Te lo contamos todo en este artículo.
3El lado más humano de Cabify

Detrás de cada trayecto en Cabify hay historias. No solo las de pasajero y conductor, sino también las de aquellos que indirectamente se benefician de esta colaboración. Que unas gafas puedan acabar en manos de alguien que realmente las necesita no es casualidad, sino el resultado de una visión empresarial que integra lo social en su ADN.
«En Vecttor creemos que la movilidad no solo debe ser eficiente y sostenible, sino también humana y solidaria«, afirma Jacobo Domínguez-Blanco, CEO de la empresa. Con proyectos como este, lo demuestran. Es una forma sencilla, pero poderosa, de dar sentido a algo tan cotidiano como subirse a un coche con conductor.