La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha elevado una acusación seria hacia los fabricantes de coches eléctricos: las cifras de autonomía anunciadas son, de media, un 15 % superiores a las que se puede esperar realmente. Esta diferencia, legal según las normas de homologación, representa una práctica preocupante que pone en riesgo la confianza de los conductores y ralentiza la adopción del vehículo eléctrico en España y Europa.
A continuación, desgranamos por qué este desfase es tan crítico y qué reclamos hace la OCU para evitar que los consumidores vuelvan a sentirse engañados.
3Legal, pero éticamente cuestionable

La práctica, aunque está dentro de la normativa, es considerada poco ética por la OCU. No demanda ilegalidad, sino más transparencia. Reclama que las marcas publiquen los datos completos del ciclo WLTP, sin optimizaciones que eleven cifras, y que informen específicamente sobre la autonomía en autopista, donde los kilómetros reales se reducen más.
Solicitan que la información publicitaria refleje una cifra única sensata para el consumidor: no solo el pico que suena bien comercialmente, sino un rango realista útil para conducir sin sobresaltos.