La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha elevado una acusación seria hacia los fabricantes de coches eléctricos: las cifras de autonomía anunciadas son, de media, un 15 % superiores a las que se puede esperar realmente. Esta diferencia, legal según las normas de homologación, representa una práctica preocupante que pone en riesgo la confianza de los conductores y ralentiza la adopción del vehículo eléctrico en España y Europa.
A continuación, desgranamos por qué este desfase es tan crítico y qué reclamos hace la OCU para evitar que los consumidores vuelvan a sentirse engañados.
2Un impacto directo en viajes por autopista

En entornos urbanos, esa diferencia puede parecer leve, ya que el consumo eléctrico baja notablemente a baja velocidad y ayuda la regeneración. Pero cuando se circula a 120 km/h, la autonomía real se desploma aún más. La OCU insiste en que los datos que figuran en la publicidad cotidiana no incluyen esos escenarios representativos de uso interurbano y autopista.
Esto significa que muchos conductores pueden enfrentarse a una “ansiedad de autonomía” al planificar viajes fuera de ciudad con sus eléctricos. Sin información clara, pueden cortar rutas, forzar recargas antes de lo necesario o incluso sufrir interrupciones inesperadas.