Comprar un coche nuevo debería ser sinónimo de tranquilidad, ilusión y seguridad. Después de todo, hablamos de una de las mayores inversiones que hace un ciudadano a lo largo de su vida. Estrenar vehículo significa empezar de cero: ningún kilometraje previo, ningún desgaste oculto y la confianza de que la marca y el concesionario entregan un producto en perfecto estado. Sin embargo, la realidad no siempre coincide con las expectativas. En ocasiones, el “coche nuevo” empieza a mostrar defectos antes de lo esperado: desde ruidos en el motor hasta sistemas electrónicos que fallan, pasando por problemas en la transmisión o un consumo anómalo de aceite.
En esos casos, la decepción es inevitable. Lo que debía ser un símbolo de fiabilidad se convierte en una fuente de preocupación y de dudas. Y ahí surge la gran pregunta: ¿qué hacer cuando el vehículo recién matriculado presenta fallos? ¿Quién responde? ¿El concesionario, el fabricante, el seguro? La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ofrece herramientas muy claras para reclamar y recordar a los conductores que no están indefensos. Porque sí: incluso con un coche recién salido del concesionario, tienes derecho a que te lo reparen, lo cambien o te devuelvan el dinero si el problema lo justifica.
3Pasos prácticos para reclamar un coche defectuoso

La OCU recomienda seguir una hoja de ruta clara para no perder tiempo ni oportunidades:
- Reúne toda la documentación: contrato de compraventa, factura, ficha técnica, libro de mantenimiento y, sobre todo, pruebas del defecto (fotos, vídeos, informes de taller).
- Comunica el problema por escrito: nada de llamadas telefónicas. Un burofax o carta certificada deja constancia legal de la reclamación.
- Exige plazos razonables: la reparación no puede alargarse indefinidamente. El concesionario debe dar solución en un tiempo prudencial.
- Solicita un vehículo de sustitución: si el coche queda inmovilizado, tienes derecho a pedirlo, especialmente si la avería afecta a la seguridad.
- No aceptes reparaciones en talleres no oficiales si quieres mantener la garantía.
Si la marca o concesionario se niegan a colaborar, la OCU dispone de modelos de reclamación y apoyo legal. Además, existe la opción del Arbitraje de Consumo, un mecanismo más rápido y económico que la vía judicial.