La nueva normativa europea ya es una realidad en España. Desde este mismo momento, todos los autónomos que adquieran una furgoneta para trabajar deberán asegurarse de que el vehículo incorpora los sistemas de ayuda a la conducción conocidos como ADAS. Quienes no cumplan con esta obligación no podrán matricular su furgoneta y se arriesgan a sanciones si circulan con un modelo que no incluya la tecnología exigida.
El cambio afecta directamente al colectivo de autónomos, que depende de las furgonetas para transportar materiales, repartir mercancías o desplazarse a distintos servicios. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha advertido que intensificará los controles y que su plan de vigilancia pondrá el foco en este tipo de vehículos, clave en la actividad económica del país.
6El reto de los autónomos ante la nueva normativa

La implantación de los ADAS coloca a los autónomos en una encrucijada: renovar sus furgonetas y asumir un mayor coste, o arriesgarse a multas y a no poder matricular un vehículo sin la tecnología obligatoria. Para muchos profesionales, esta medida supone un esfuerzo económico importante en un contexto donde los márgenes de beneficio son cada vez más ajustados.
No obstante, las autoridades insisten en que se trata de una inversión en seguridad. Al incorporar estos sistemas, los autónomos no solo cumplen la normativa, sino que también reducen el riesgo de accidentes, protegen su propia vida y la de otros usuarios de la vía, y garantizan la continuidad de su actividad sin sobresaltos legales. El futuro del transporte ligero en España pasa, inevitablemente, por la tecnología.