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El número de radares de la DGT a los que se les ha mandado al paro desde 2018

En las carreteras españolas, hay dispositivos que nunca descansan. Los radares de la DGT vigilan día y noche, multan sin pestañear y generan sentimientos encontrados entre los conductores. Para unos, son imprescindibles para la seguridad vial; para otros, solo una trampa recaudatoria.

Desde 2018, el vandalismo contra los radares se ha disparado. Hasta hoy, se han registrado 290 sabotajes intencionados, cifra que representa un aumento del 62,5 % en apenas siete años. La DGT intenta mantenerse firme en su cruzada contra el exceso de velocidad, pero algunos de sus radares han terminado, literalmente, fuera de servicio.

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Un gasto que no cesa

Fuente: Pixabay

Aunque la DGT no ha detallado cuánto cuesta exactamente la reparación, se sabe que el mantenimiento general de los radares no es barato. Solo en los últimos cuatro años, se han destinado 14,5 millones de € al mantenimiento y auditorías de estos sistemas. Ello, sin contar las reparaciones puntuales por vandalismo.

El modelo de mantenimiento funciona mediante una tarifa fija por cinemómetro y día, lo que complica identificar cuánto se ha invertido únicamente en arreglos por sabotajes. Pero, sin duda, los destrozos intencionados afectan a las arcas públicas. Al final, cada piedra contra un radar no solo rompe su cristal; también el presupuesto del contribuyente.