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lunes, 22 septiembre 2025

Las nuevas motos de la Guardia Civil de Tráfico en el punto de mira: ‘Donde estén las alemanas que se quiten las japonesas’

Las nuevas motos no cumplen las expectativas y los agentes alertan de graves fallos que ponen en riesgo su seguridad en carretera.

La imagen de un agente de la Guardia Civil de Tráfico sobre su moto es un icono de nuestras carreteras. Son los primeros en llegar a cualquier accidente, los que velan por la seguridad y los que te dan el alto cuando te despistas un poco con el acelerador. Pero un cambio en sus vehículos está generando una gran polémica entre los agentes.

Hace poco, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil empezó a recibir un nuevo lote de motos para renovar su envejecida flota. A primera vista, la moto puede parecer una opción lógica: es una moto trail, versátil, cómoda y con un motor más que probado. Es un modelo que goza de buena reputación entre los motoristas de calle. Sin embargo, las quejas y el rechazo han puesto a los agentes en pie de guerra.

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¿Un ahorro peligroso?

Control de trafico DGT
Fuente: Agencias

Si los agentes están tan descontentos con las nuevas motos, ¿por qué se ha optado por ellas? La respuesta, como casi siempre, se encuentra en el bolsillo. La compra de las nuevas motos se llevó a cabo a través de una licitación pública que premió la oferta más económica. Mientras que una BMW R 1200 RT o su sucesora, la R 1300 RT-P, tienen un precio de compra elevado, las motos japonesas representan un ahorro significativo para las arcas del Estado.

El problema es que este ahorro inicial podría convertirse en un gasto mayor a largo plazo. Una moto que no está diseñada para el trabajo policial intensivo tendrá un desgaste más rápido, lo que se traducirá en más averías, más tiempo en el taller y, por tanto, myor coste de mantenimiento. Es el clásico dilema del «pan para hoy y hambre para mañana». Y lo que es aún más grave, la falta de fiabilidad de las motos podría obligar a los agentes a patrullar con vehículos en mal estado, poniendo en riesgo no solo su seguridad, sino también la de los ciudadanos.

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Las asociaciones de la Guardia Civil han denunciado que, en muchas ocasiones, los agentes se ven obligados a usar motos que no pasarían una ITV o que tienen un kilometraje excesivo. Es un problema sistémico que afecta a toda la flota, y que se agrava con la incorporación de motos que, desde el primer momento, ya generan dudas.

Las asociaciones profesionales han manifestado que seguirán denunciando esta situación y que no descansarán hasta que se garantice que los agentes de Tráfico dispongan de los medios adecuados para realizar su trabajo con total seguridad. Porque al final, la moto que usa un guardia civil no es solo un vehículo, es su herramienta de trabajo y, en muchos casos, la que le salva la vida en una situación de riesgo.

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