La llegada de nuevos vehículos siempre genera expectación. Más aún, cuando se trata de la Guardia Civil, que pasa miles de horas patrullando las carreteras. La moto no es solo su herramienta de trabajo, es casi una extensión del cuerpo de los agentes: con ella recorren kilómetros, acompañan grandes eventos y responden a emergencias en segundos. Por eso, cada cambio en el parque móvil se analiza con lupa.
La última decisión de probar nuevas motocicletas ha levantado polémica dentro de la Agrupación de Tráfico. Los agentes, que se juegan la vida sobre el asfalto, han lanzado un mensaje claro: las nuevas motos no les convencen, y avisan de además posibles problemas al conducirlas. Una advertencia que pone en el centro de debate la seguridad y operatividad de este cuerpo clave.
1Los chalecos con airbag, primer tropiezo en seguridad

Antes incluso de pronunciarse sobre las nuevas motos, muchos agentes recuerdan que no es el primer desencuentro reciente con el material que reciben. Los chalecos con airbag distribuidos meses atrás han generado frustración. Según la propia Guardia Civil, se activan cuando no deben y, lo más grave, fallan en accidentes reales.
Este problema no es menor. Un agente que se pasa gran parte de su jornada en carretera necesita plena confianza en cada pieza de su equipamiento. Si el chaleco no protege cuando corresponde, la sensación de vulnerabilidad aumenta. Y ahora, al sumar el debate de las nuevas motocicletas, muchos se preguntan si realmente se está priorizando la seguridad de quienes patrullan.