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miércoles, 20 agosto 2025

Niño Becerra planta cara al Ministerio de Fomento y dice quién tiene que pagar el mantenimiento de las carreteras: ‘es injusto’

El debate sobre quién debe asumir los costes del mantenimiento de las carreteras en España ha vuelto a la primera línea gracias a Santiago Niño Becerra.

El reconocido economista, habitual en tertulias y medios de comunicación por sus análisis directos y sin rodeos, ha generado una auténtica tormenta en redes sociales al cuestionar la fórmula que se aplica actualmente. En sus palabras, el modelo vigente es “café para todos”, y lo considera profundamente injusto porque obliga a contribuir tanto a los que usan las autovías a diario como a aquellos que apenas pisan una carretera interurbana.

Su planteamiento rompe con la tradición española, donde el mantenimiento de la mayor parte de la red viaria se financia desde los Presupuestos Generales del Estado. Es decir, todos pagamos, circulemos mucho, poco o nada. Niño Becerra propone un cambio radical: que cada persona o empresa pague en función del uso real que haga de las infraestructuras y, además, teniendo en cuenta el peso de los vehículos que circulan. Para él, solo así se conseguiría justicia contributiva y se pondría fin a un modelo que no distingue entre usuarios intensivos y ciudadanos que ni siquiera conducen.

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Solo quienes usan deben pagar las carreteras

fuente: propia

El economista catalán lanzó su reflexión a través de su cuenta oficial en X, y la frase no dejó lugar a dudas: “El mantenimiento ha de ser pagado solo por quienes usan esas vías, personas físicas o jurídicas”. Para él, no es lógico que alguien que no tiene coche o que se mueve siempre en transporte público esté financiando con sus impuestos la conservación de miles de kilómetros de asfalto que nunca va a pisar.

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Niño Becerra plantea dos parámetros fundamentales para calcular el pago: los kilómetros recorridos y el peso del vehículo. De esta forma, un camión de 30 toneladas que recorre largas distancias debería pagar mucho más que un utilitario que solo hace trayectos cortos. Según su razonamiento, cuanto mayor es el desgaste generado, mayor debería ser la aportación económica. La lógica es sencilla y difícil de rebatir: el que más deteriora, más contribuye. En su opinión, este sistema introduciría justicia y, además, incentivaría un uso más racional de las carreteras.

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