El verano es sinónimo de vacaciones, descanso y desconexión, pero también de desplazamientos masivos por carretera y, con ello, de un problema recurrente: encontrar aparcamiento. Ya sea en el centro de una ciudad turística, en un pueblo costero o cerca de una playa, el simple hecho de estacionar el coche puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Y, lo que es peor, muchas veces la desesperación o el desconocimiento de las normas termina en sanciones que pueden amargar cualquier escapada.
Las cifras hablan por sí solas: cada verano, miles de conductores en España reciben multas de estacionamiento, en gran parte por no conocer las normativas específicas que se aplican en los meses estivales. Desde los horarios del SER en Madrid hasta las restricciones de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en Barcelona, pasando por las ordenanzas especiales en zonas de playa y parques naturales, las posibilidades de equivocarse son muchas. Sin embargo, con un poco de planificación y prestando atención a las señales, es posible disfrutar de las vacaciones sin sumar gastos extra por sanciones evitables.
2Multas habituales en la vía pública

Más allá de las normativas específicas de cada ciudad, existen infracciones comunes que se repiten con demasiada frecuencia en todo el territorio español. Una de las más típicas es aparcar en doble fila. Aunque muchos lo justifican con frases como “solo será un minuto”, lo cierto es que esta práctica supone una infracción grave sancionada con 200 euros. Si el vehículo se queda sin conductor, la multa es automática y sin margen de discusión.
Otro error habitual es ocupar zonas reservadas para carga y descarga fuera del horario permitido. Muchos conductores creen que pueden “colarse” unos minutos sin problema, pero lo cierto es que estas áreas están muy vigiladas, especialmente en ciudades y zonas con alta densidad comercial. Estacionar en ellas en un horario inadecuado también se sanciona con 200 euros, lo que convierte a esta práctica en un riesgo innecesario.