Conducir un coche en España es una actividad cotidiana para millones de personas, pero no por ello está exenta de riesgos y responsabilidades. La mayoría de las multas que imponen la Dirección General de Tráfico (DGT) y los ayuntamientos no se deben a conductas temerarias o infracciones muy graves, sino a pequeños descuidos que, aunque parezcan inofensivos, pueden tener consecuencias importantes para el bolsillo y el carnet de conducir.
Estos despistes, muchas veces fruto de la rutina o la confianza al volante, terminan traduciéndose en multas que alcanzan fácilmente los 200, 300 e incluso 600 euros. Además del impacto económico, algunas de estas infracciones conllevan la pérdida de puntos, lo que puede complicar seriamente la vida de cualquier automovilista si se acumulan varias sanciones. Por eso, conocer los errores más habituales y poner en práctica medidas sencillas para evitarlos es la clave para conducir con tranquilidad.
5Alcohol y drogas: sanciones que arruinan el viaje

Por último, aunque no se trata de un “despiste” en sentido estricto, conviene recordar que el consumo de alcohol y drogas sigue estando detrás de miles de sanciones y accidentes cada año. Superar la tasa permitida supone una multa mínima de 500 euros y la retirada de cuatro puntos. Si se duplica el límite legal, la sanción asciende a 1.000 euros y seis puntos.
En los casos más graves, cuando se detecta una tasa muy elevada o consumo de estupefacientes, puede considerarse un delito contra la seguridad vial, con penas de prisión y retirada del carnet. La mejor forma de evitar esta multa es obvia: si se ha bebido, no se conduce. Planificar alternativas como taxi, transporte público o compartir coche con alguien sobrio es la solución más responsable.