Imagina conducir por una carretera sin señalización alguna. Hoy nos parecería impensable; pero hace poco más de un siglo, así eran la mayoría de las carreteras en el mundo. ¿Qué provocó el cambio? La respuesta puede sorprender: una mujer, un bote de pintura blanca y una idea que nadie había tomado en serio hasta entonces. Esta es la historia de cómo June McCarroll, con un simple trazo en el asfalto, inició una revolución que transformaría la seguridad vial para siempre.
6Un legado que sigue vigente
Hoy, 105 años después de aquel primer trazo de pintura blanca, la idea de McCarroll sigue salvando vidas. Las líneas en las carreteras son algo que damos por sentado, pero su impacto en la reducción de accidentes es incuestionable. Esta sencilla solución ha permitido una circulación más ordenada y eficiente, facilitando la expansión global del tráfico motorizado.
La historia de June McCarroll es un recordatorio de cómo la perseverancia y la acción colectiva pueden romper barreras y desafiar el status quo. La próxima vez que veas una línea blanca en la carretera, piensa en ella y en cómo su pequeño acto de rebeldía transformó la seguridad y la forma en que viajamos por el mundo.
