Imagina conducir por una carretera sin señalización alguna. Hoy nos parecería impensable; pero hace poco más de un siglo, así eran la mayoría de las carreteras en el mundo. ¿Qué provocó el cambio? La respuesta puede sorprender: una mujer, un bote de pintura blanca y una idea que nadie había tomado en serio hasta entonces. Esta es la historia de cómo June McCarroll, con un simple trazo en el asfalto, inició una revolución que transformaría la seguridad vial para siempre.
3El poder de la acción comunitaria
McCarroll compartió su idea en el Club de Mujeres de Indio, y entonces todo cambió. Conscientes del peligro que representaban esas carreteras caóticas para sus familias, las señoras del condado tomaron la causa como propia. En cuestión de meses, los clubes de mujeres de todo California se movilizaron para presionar a las autoridades.
El movimiento creció con rapidez, demostrando el poder de la acción comunitaria. Para 1924, la presión social era tal que la Comisión Estatal de Carreteras de California no tuvo más remedio que adoptar la medida y pintó 3.500 millas (5.600 km) de líneas. Las marcas centrales se volvieron obligatorias en todo el estado, y pronto en otros puntos del país.