Imagina conducir por una carretera sin señalización alguna. Hoy nos parecería impensable; pero hace poco más de un siglo, así eran la mayoría de las carreteras en el mundo. ¿Qué provocó el cambio? La respuesta puede sorprender: una mujer, un bote de pintura blanca y una idea que nadie había tomado en serio hasta entonces. Esta es la historia de cómo June McCarroll, con un simple trazo en el asfalto, inició una revolución que transformaría la seguridad vial para siempre.
2Una idea que tardó en encontrar eco

Durante varios años, McCarroll defendió su propuesta ante las cámaras de comercio y los departamentos locales de carreteras. Nadie la tomó en serio. A muchos les parecía absurda la idea de pintar una simple línea en el asfalto, en una época en que las carreteras seguían siendo caminos rudimentarios y el tráfico motorizado aún estaba empezando.
Cansada de la indiferencia, McCarroll decidió actuar por su cuenta. Con un bote de pintura blanca y mucha determinación, en 1920 pintó una franja de kilómetro y medio en la entonces autopista 99. La iniciativa no tuvo el impacto inmediato que esperaba; pero la doctora no se rindió.