En la era digital, el móvil se ha convertido en una extensión de nosotros mismos. Lo usamos para todo: trabajar, comunicarnos, entretenernos y, por supuesto, guiarnos en la carretera. Pero cuidado, porque llevar el teléfono mal colocado en el coche puede salirte más caro de lo que imaginas.
La Guardia Civil y la Dirección General de tráfico (DGT) han elevado la vigilancia sobre el uso del móvil al volante. Una simple acción, como colocarlo en la rejilla del aire acondicionado o sujetarlo un segundo con la mano, supone una infracción grave. ¿El resultado? 200 € de multa y 6 puntos menos en el carnet. Aunque no lo estés usando. Solo por tenerlo donde no debes.
1El problema con el sitio para el móvil
Un error común de los conductores es colocar el teléfono móvil en la salida del aire del coche, con enganches a la rejilla. La solución parece cómoda y práctica para usar el GPS o responder llamadas con el manos libres; pero puede salir muy cara si un agente de la Guardia Civil lo considera distracción o riesgo para la visibilidad.
La ubicación es polémica porque la ley no prohíbe usar un soporte, pero sí que el móvil esté en una posición que implique manipularlo u obstruya la visibilidad del conductor. Si el dispositivo queda en un ángulo que exige apartar la vista de la carretera o tocarlo para cambiar una dirección en el navegador, la sanción de la Guardia Civil está garantizada.