Después de unas vacaciones junto al mar, nuestro coche queda expuesto a factores que pueden acortar su vida útil. La arena se cuela por cualquier rincón y el salitre del ambiente se deposita sobre la carrocería, cristales e incluso zonas mecánicas. A medio plazo, no lavar correctamente el vehículo puede hacer que esas pequeñas partículas afecten su buen funcionamiento.
Aclarar el coche tras haber estado en la playa no es solo una cuestión de estética, sino de seguridad, salud y ahorro en mantenimiento. Pero no basta con pasar un trapo o darle un manguerazo rápido: lo recomendable es una limpieza a fondo y, si es posible, en un túnel de lavado moderno, que asegura un resultado uniforme y más respetuoso con el medioambiente.
3Salud dentro del habitáculo

El interior tampoco se libra del impacto de la playa. La arena se cuela en alfombrillas, asientos y sistemas de retención infantil, generando incomodidad y, lo que es peor, acumulando polvo y ácaros que pueden causar o agravar alergias. A esto se suma la humedad, que, mezclada con el calor, crea un ambiente perfecto para la proliferación de bacterias y malos olores.
Lavar a fondo por dentro, aspirando bien y desinfectando superficies, no solo mejora la ergonomía y la comodidad en los trayectos, también cuida la salud de los ocupantes. Cambiar el filtro de habitáculo con regularidad es otro paso clave para respirar un aire limpio y fresco.