En el mundo de las dos ruedas, uno de los errores más habituales es tratar por igual a un motero y a un motorista. A simple vista, pueden parecer lo mismo: ambos van sobre una moto, llevan casco y circulan entre el tráfico. Pero no. La diferencia entre uno y otro es tan grande que hasta la Real Academia Española (RAE) se ha pronunciado al respecto.
No es solo cuestión de vocabulario, sino de alma, de actitud, de forma de ver la vida. Hay quienes ven la moto solo como una herramienta, y otros que la sienten como una prolongación de su cuerpo. De su identidad. De su manera de estar en el mundo. Ahí es donde nace la diferencia entre motorista y motero.
5¿Motero se nace, o se hace?

Tal vez tú también eres motorista. Y está bien. Muchos lo son. Pero si alguna vez te has descubierto buscando rutas aunque no tuvieras a dónde ir, si te has quedado mirando tu moto más de lo normal, o si sientes un cosquilleo solo al escuchar el rugido del motor, quizás estás más cerca de ser motero de lo que piensas.
Y ahí está la belleza del mundo de las dos ruedas. No importa de dónde vengas ni en qué moto vayas subido. Importa lo que llevas dentro. Al final, la gran diferencia entre motero y motorista no está en el diccionario, por más que se pronuncie la RAE. Está en el corazón. Y eso, no hay palabra que lo defina.