Las famosas cámaras de marcha atrás llegaron a los coches ya hace bastantes años para quedarse. Al principio, como un equipamiento extra reservado para berlinas premium o SUV de alta gama, pero hoy es está presente en casi todos los vehículos. Eso sí, no todo el mundo sabe sus funciones ocultas ni qué significa la famosa línea roja que aparece.
La función principal de estas cámaras es ver lo que ocurre justo detrás del coche, así que nos facilita el aparcamiento y muchas maniobras. Cuando se activa —al dar marcha atrás—, verás varias cuadrículas que indican la distancia a la que estás de la pared o del coche que tengas justo detrás. Pero la línea roja tiene una utilidad que desconoces, y no está solo ahí para avisarte de que tienes un objeto muy cerca.
2Lo que debes (y no debes) hacer con las líneas guía

A pesar de que acabes de descubrir este truco, no deberías dar por sentado que la línea roja sea una medida universal, porque cada fabricante calibra su sistema de cámara de marcha atrás de forma diferente. Lo recomendable es que hagas una pequeña (y sencilla) prueba con tu coche para ver si el truco de la línea roja también te funciona. No cuesta nada aparcar, salir del coche y comprobar si puedes abrir el maletero o, por el contrario, tienes que volver a maniobrar.
También hay que tener en cuenta que algunos modelos permiten ajustar el ángulo de la cámara o la proyección de las líneas en la pantalla. Esto es importante si llevas el coche cargado, si has cambiado la suspensión e incluso si montas neumáticos de perfil diferente al original.
¿Y si tu cámara no incluye línea roja? No te preocupes: puedes identificar un punto de referencia visual en la pantalla mediante ensayo y error, y aprender a frenar justo cuando ese punto coincida con tu distancia segura. Si no tienes ningún tipo de ayuda, piensa que tú conoces mejor que nadie tu coche y sabes calcular las distancias.
En todo caso, la línea roja no sustituye a los retrovisores ni al sentido común, sobre todo si hay obstáculos bajos que la cámara no capta bien o si estás maniobrando en batería junto a coches más altos. La tecnología ha llegado a los coches para hacernos la vida más fácil, pero no te fíes al 100% de ella en ciertos aspectos ni dejes de utilizar el sentido común.