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Mercedes SLC. Cambio de nombre… y algo más

Han pasado 20 años desde que en 1996 Mercedes lanzara el SLK, un roadster que abrió un nuevo camino gracias a su techo duro retráctil. Y no le han ido mal las cosas, ya que se han vendido más de 670.000 unidades en todo el mundo desde entonces. Aprovechando este aniversario, este modelo se actualiza en profundidad y cambia su nombre por las siglas SLC, con el fin de acercar posturas en cuanto a su parentesco con la Clase C.

En el exterior este atractivo biplaza actualiza su diseño al incorporar una parrilla frontal con efecto diamante y nuevos grupos ópticos delante y en la zaga que utilizan tecnología Led y dotan al conjunto de un aire más dinámico y deportivo. El interior también ha sido renovado con nuevos acabados, con efecto de fibra de carbono de serie, un cuadro de mandos actualizado y una nueva generación de volantes, entre otros detalles.

La personalidad de este vehículo viene marcada por su techo duro retráctil. En apenas 20 segudos se abre o cierra de manera eléctrica con sólo pulsar un mando, operación que podemos realizar en marcha hasta los 40 km/h; eso sí, el proceso debe iniciarse a menos de 5 km/h para que se 'gestione'. De serie monta un techo panorámico tintado y en opción se ofrece el conocido MAGIC SKY CONTROL, capaz de cambiar el grado de transparencia del cristal con sólo pulsar un mando. Así se evita el calentamiento del habitáculo si se desea.

Un estor cubreequipajes 'inteligente'

Otra novedad reside en el estor cubreequipajes que se encuentra en el maletero. Ahora ya no es necesario desplazarlo manualmente para poder replegar el techo, ya que lo hace automáticamente y evita que nos tengamos que bajar. En el caso de que no haya espacio porque hay demasiado equipaje, nos avisará de ello en el cuadro  y el techo no se abrirá. Por cierto, se mantiene la capacidad del maletero, que oscila entre los 335 litros y los 225 si vamos descapotados.

Si aumentamos la velocidad y el viento provoca incómodos remolinos en el interior será imprescindible montar el paravientos textil que incorpora de serie. Si queremos los deflectores replegables situados detrás de los arcos de seguridad habrá que pagar por ellos, lo mismo que si deseamos disfrutar del sistema AIRSCARF, tecnología que nos brinda calefacción en ambos reposacabezas y nos permite circular sin techo cuando la climatología no es tan agradable.

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Los estrenos también llegan bajo el capó. En España no disfrutaremos, al menos de momento, de la versión básica SLC 180 de 156 caballos, pero sí de la potente versión AMG SLC 43 de 367 caballos. Esta variante recurre a un propulsor de gasolina 3.0 V6 biturbo y a la caja de cambios automática 9G-Tronic con convertidor de par de nueve relaciones para firmar unos números muy atractivos: 250 km/h de velocidad máxima (limitada electrónicamente) y 4,7 segundos en pasar de 0 a 100 km/h, mientras que el consumo medio homologado es de sólo 7,6 litros cada 100 kilómetros.

Además de unas prestaciones sobresalientes la dinámica del AMG SLC 43 resulta sumamente deportiva y ágil, más aún si apostamos por soluciones como el paquete AMG Handling, que contempla un diferencial autoblocante mecánico en el eje trasero, o la amortiguación regulable AMG RIDE CONTROL, ambos opcionales. De serie sí que incorpora el sistema Dynamic Select, que permite elegir entre cinco programas de conducción. Toda la gama SLC recurre a la propulsión trasera. 

La oferta en gasolina se completa con el SLC 200, que monta el conocido motor de dos litros y cuatro cilindros en línea con 184 caballos y que se asocia a una caja manual de seis relaciones, aunque en opción también contempla la mencionada 9G-Tronic.

Un diésel eficiente, pero con carácter

No obstante, la variante más popular a nivel de ventas en nuestro mercado será la SLC 250 d. Este modelo monta una mecánica turbodiésel de 204 caballos de potencia que también presume de un gran rendimiento (245 km/h y 6,6 segundos en el 0-100 km/h) y un consumo récord: 4,4 litros de media. Asociada a la caja 9G-Tronic de serie, tuvimos ocasión de probar esta variante por un sinuoso recorrido de montaña y no desmerece para nada, sacando mejor nota frente al crono que el mencionado SLC 200. No suena a diésel cuando se pisa el acelerador, recupera que es un primor desde apenas 1.500 rpm y 'digiere' los cambios de apoyo con una agilidad pasmosa. 

Asimismo, el nuevo SLC incorpora mejoras en materia de seguridad, como el servofreno de emergencia activo de serie, capaz de avisar, primero, o frenar de forma automática el vehículo, después, si el conductor no reacciona ante un peligro inminente de colisión frontal. La oferta se completa con elementos como los sofisticados faros LED Intelligent Light System, un asistente de señales de tráfico o una cámara de visión trasera, entre otros. Además se han ampliado las funciones del infoentretenimiento del sistema Comand Online.

 El SLC ya está a la venta y su abanico de precios es el siguiente:

-SLC 200                45.250 euros.

– AMG SLC 43        67.175 euros.

-SLC 250 d            49.250 euros.