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Mercedes GLE. Perfecta progresión

Si buscas un SUV premium, Mercedes-Benz te ofrece su nuevo GLE, un vehículo que supera los 4,9 metros de longitud y presume de imagen. Más aún si se acompaña del paquete estético AMG, o bien te decantas por la versión 53, desarrollada en la sede de Affalterbach.

Y es que actualmente ofrece cinco opciones mecánicas diferentes -del 53 aún no hay precio-, entre las que hemos podido conducir el diésel más 'sencillo', que estrena el bloque OM 654. Se trata de un motor de dos litros y cuatro cilindros que presume de proporcionar 245 CV y 51,0 mkg de par motor, cifras que casi rozan los datos del anterior GLE 350d con seis cilindros.

Por si fuera poco, se asocia a un nuevo cambio 9G-Tronic de nueve velocidades y a la tracción total 4Matic.

Aunque no es ligero -y eso que estamos ante una generación completamente nueva-, en marcha sorprende por su empuje. Y aunque está claro que se han dejado un dinero en insonorizarlo a conciencia, este nuevo motor es mucho más silencioso en todo momento que el anterior de cuatro cilindros. Cosa que se agradece.

También es más agradable y refinado, pues reducen sus vibraciones, por lo que es una alternativa al seis cilindros -son bloques modulares y derivan también de este OM 654- usado en los 350 d y 400 d. Pero es cierto que estos últimos son más potentes y prestacionales. Aunque también mucho más caros.

De 0 a 100 km/h en 6,1 segundos

Y es que el nuevo 300 d presume de alcanzar 225 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos, cifras que están de maravilla y que te permiten moverte con una gran soltura. Incluso con el aforo del coche completo.

Además, su consumo real es bastante comedido, ayudado por un Cx de sólo 0,29 -el mejor coeficiente aerodinámico de su categoría-, incluso si tenemos en cuenta que la unidad que probamos equipaba llantas de 20 pulgadas.

Su confort de marcha es sensacional, y más si apuestas por las suspensiones activas -también hay opción a suspensión neumática y a la E-Active Body Control, que obliga a la arquitetura de 48 voltios-, de igual forma que su amplitud interior permite a cinco adultos viajar sin estrecheces, acompañados de todo su equipaje.

Por vez primera el GLE puede equipar tercera fila de asientos, pero se trata de una opción que supera los 3.000 euros.

Es cierto que si echas de menos más energía -cosa, ya te digo, que no va a suceder fácilmente-, deberás apostar por otras versiones diésel, o por cualquiera de las de gasolina, únicas por cierto que equipan la tecnología EQ Boost, que añade un motor eléctrico que funciona también como alternador y motor de arranque, además de sumar una batería de 48 voltios.

Esta combinación técnica, además, les permite conseguir la etiqueta ECO de la DGT. Y el poderoso AMG 53 no es una excepción.

Su equipamiento de serie es muy completo -hay, incluso, dos pantallas de 12,3 pulgadas y MBUX ampliado entre otros-, pero como es norma en la marca alemana se ofrecen todo tipo de opciones para dejarlo a tu gusto, aunque elevando considerablemente un precio de partida, en consonancia con la competencia.

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Clase A Sedán. Nuevo acceso a los cuatro puertas

Desde 30.100 euros, sólo 875 euros más que el Clase A de cinco puertas equivalente, dispones ahora de este nuevo A Sedán, una llamativa berlina cuyo tercer volumen alarga su carrocería hasta los 4,55 metros.

Eso son 13 centímetros más que un Clase A 'hatchback' pero 14 menos que su hermano mayor, el Clase C.

Ese tamaño extra repercute en su maletero, que tiene 420 litros -410 en los diésel-, que son 50 más que el compacto, con el que comparte una distancia entre ejes de 2.729 milímetros, por lo que el espacio en las plazas posteriores es calcado en ambos modelos.

También son calcados en cuanto a tecnología, calidad, comportamiento, presentación interior, equipamiento… Y casi en cuanto a la gama de motores, pues este A Sedán aterriza con cinco opciones de entre 116 y 306 CV de potencia.