comscore

Mercedes GLC. En plena forma

A pesar de que la estética del Mercedes GLK le diferenciaba claramente de sus hermanos mayores y de sus rivales, sus formas demasiado angulares no terminaron de gustar en Europa por lo que su sustituto, el GLC, seguro que se adaptará mejor a los gustos de los clientes de esta parte del mundo.

Mayor tamaño pero menos peso

Nuevo diseño de líneas suaves para la nueva generación del todocamino compacto de la marca de la estrella, pero también mayor tamaño y menor peso, más maletero, propulsores nuevos o mejorados, nueva versión híbrida enchufable, nueva suspensión regulable opcional, nuevo cambio automático de 9 marchas y en general un claro salto hacia delante a todos los niveles para el que se había convertido en el patito feo de la marca.

El GLC es 120 mm más largo, 50 mm más ancho y 9 mm más alto. Su batalla crece 118 milímetros hasta los 2,755 metros y todas las cotas interiores crecen entre 7 y 57 milímetros. Incluído el maletero que pasa de 470 a 550 litros de volumen ofreciendo una mayor versatilidad  gracias a una división del respaldo trasero 40/20/40 y a unos respaldos traseros con posición de carga más vertical.

El GLC es más grande que el GLK pero pesa menos, lo que ha permitido reducir el consumo de combustible hasta un 19 por ciento. Y es que el coche pesa hasta 80 kilos menos que antes, sobre todo gracias a una carrocería que cuenta con una inteligente combinación de aluminio de alta y máxima resistencia.

La oferta mecánica inicial del GLC comprende cuatro motorizaciones, todas con cambio automático (de 9 marchas salvo en el Plug-in que es de 7) y tracción total. En diésel habrá un GLC 220 d 4Matic con 170 caballos como hasta ahora pero con claras mejoras en prestaciones y consumos. Porque su consumo medio baja de 6,1 a 5,0 l/100 km, su aceleración de 0 a 100 km/h pasa de 8,5 a 8,3 segundos y su velocidad máxima aumenta de 205 a 210 km/h. En el caso del GLC 250 d de 204 caballos la mejora de consumo es idéntica al modelo anterior, la aceleración pasa de 8,0 a 7,6 segundos y la velocidad máxima de 210 a 222 km/h. En gasolina hay un motor que también mejora consumo y prestaciones y una sorpresa inesperada que sitúa al GLC en clara ventaja frente a sus rivales. El GLC 250 4Matic de 211 caballos mejora un 12 por ciento los consumos y notablemente las prestaciones, pero la gran novedad en gasolina es la versión híbrida enchufable que llega para sustituir al GLK 350 de 306 caballos y con una potencia conjunta de 327 caballos consigue mejorar el tiempo en el 0 a 100 km/h de 6,5 a 5,9 segundos y el consumo homologado de 8,1 a 2,6 l/100 km. La posibilidad de realizar hasta 34 kilómetros en modo eléctrico con cada carga de entre dos y cuatro horas, le permite reducir la media de consumo durante los primeros 100 kilómetros y luego también bajar esa media si se sigue rodando gracias a la ayuda de los 116 caballos del motor eléctrico.

Con tren de rodaje Agility Control

El GLC lleva de serie el tren de rodaje Agility Control con suspensión mecánica y unos amortiguadores Bilstein que se adaptan de forma automática al tipo de carretera. Pero además, el nuevo todocamino puede ir dotado de amortiguación adaptativa con regulación electrónica progresiva asociado al Dynamic Select, con cinco programas de conducción: ECO, Confort, Sport, Sport+ e Individual. El GLC puede solicitarse con el paquete técnico Offroad que, además de un tren de rodaje de mayor altura (+20 mm y hasta +50 mm con Air Body Control), comprende a su vez un máximo de cinco programas todoterreno incluído uno nuevo denominado «piso resbaladizo».

El GLC ofrece prácticamente la misma batería de sistemas de seguridad vista ya en los Clase C, E y S, un claro aviso de que Mercedes está poniendo toda la carne en el asador. Y ojo, la marca alemana asegura que el precio básico del GLC se situará al mismo nivel que el de su antecesor. Una verdadera sorpresa para un modelo al que parece no faltarle de nada. Pronto podremos probarlo y confirmarlo.