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Mercedes GLC Coupé. Silueta deportiva

No hay muchas marcas que puedan presumir de una gama de vehículos con silueta coupé tan amplia como la que ofrece Mercedes. Las 'clases' C, E y S presentan carrocerías con ese formato en tres puertas, al que se une el poderoso AMG GT; y ya en cinco puertas, pero también con denominación coupé, encontramos el CLA, el CLS, el SUV GLE y, ahora, un escalón por debajo de este último, el GLC Coupé.

El nuevo modelo hereda gran parte de su genética del GLC, pero se viste con un traje mucho más deportivo y atlético. Ambos comparten la misma distancia entre ejes, pero nuestro protagonista es 76 milímetros más largo (4,73 metros), 37 más bajo y 40 más ancho. Estos números se traducen en un formato mucho más dinámico y menos práctico, sí, pero hablamos de un vehículo más caprichoso en el que prima el diseño.

Su razón de ser es restar protagonismo a modelos del corte del BMW X4 o el Porsche Macan. Y para ello incorpora 'armamento' en varios frentes, con el fin de poner tierra de por medio también con respecto al GLC. Por ello presume de una rejilla frontal con efecto diamante y la zaga presenta una línea de techo tan horizontal que prescinde incluso del clásico limpialuneta.

En el interior no hay grandes sorpresas en cuanto a la presentación general y el aforo de cinco plazas, aunque sí que incorpora asientos de nueva factura. Es evidente que la pronunciada caída techo pasa factura a la habitabilidad en las plazas traseras. De hecho, el que os habla mide 1,70 de altura y prácticamente rozo con la cabeza en el techo. También en el maletero se deja 50 litros por el camino con respecto al GLC (el volumen es de 500 litros) y el plano de carga es bastante más elevado. Son datos que hay dar, pero como ya hemos comentado el perfil del ciente del GLC Coupé va más por el lado de la exclusividad y el diseñó que por el sentido práctico.

Genética más deportiva

La genética también sufre cambios. De serie incorpora una dirección más directa y un tren de rodaje deportivo más acorde a su filosofía. Además, presenta el denominado Dynamic Body Control, que ofrece cinco programas de conducción (ECO, Confort, Sport, Sport+ e Individual), rebajando la altura del conjunto en 15 milímetros y endureciendo el tarado de los amortiguadores si apostamos por los modos Sport y Sport+. Por último, también dispone de la sofisticada suspensión neumática Air Body Control, solución ideal para los que buscan la máxima eficacia dinámica con un confort de marcha sobresaliente.

Bajo el capó la oferta mecánica es tan amplia como diversa. Si nos gusta el diésel podemos elegir entre las versiones 220 d con 170 caballos y 250 d con 204, disponibles en septiembre, mientras que a finales de año llegará la variante que se sitúa en lo más alto, el 350 d, ya un V6 con 258 CV. En 2017 podría llegar una variante de acceso 200 d con 150 CV.

En gasolina la oferta contempla las versiones 250 con 211 caballos de potencia (llega en septiembre), el AMG GLC 43 con 367 CV y un híbrido enchufable 350 e que arroja una potencia de 320 caballos. Estos dos últimos llegarán en diciembre y poco después lo harán los poderosos AMG 63 (476 CV) y AMG 63 S, que será la máxima expresión de la gama gracias a sus 510 caballos. Toda la gama que se comercializa en España incorpora el sistema de tracción total 4Matic y la transmisión automática 9G-Tronic (7G-Tronic en el híbrido).

Ya hemos comentado que el diseño prima sobre otros parámetros en el GLC Coupé. De hecho, la versión que más éxito tendrá en nuestro país será el diésel más modesto. Tuvimos ocasión de probarlo en un intenso recorrido por sinuosas carreteras alpinas y el resultado es sumante satisfactorio. Confortable en autopista, también se desenvuelve con soltura cuando aparecen las curvas, donde se nota el trabajo realizado sobre la dirección. Con los programas más deportivos activados se reduce el balanceo de la carrocería, aunque hay que tener en cuenta que hablamos de un vehículo que pesa 1.845 kilos en el mejor de los casos y, por tanto, las inercias son inevitables. Destacar el refinamiento y la rapidez en el salto entre marchas del cambio 9G-Tronic, una delicia tanto si vamos de paseo como si apostamos por ir de 'carreras'. Por cierto registramos un consumo medio de 6,4 litros.

Máximo rendimiento, mínimo consumo

También tuvimos ocasión de tener una completa toma de contacto con la variante híbrida 350e. En esta ocasión se combina un motor de gasolina de 211 CV con otro eléctrico de 116 que se alimenta de una batería de iones de litio que se ubica en el maletero (el volumen se resiente hasta los 336 litros). La potencia total del sistema es de 320 caballos y homologa un consumo medio de 2,5 litros. En modo eléctrico dispone de una autonomía máxima de 34 kilómetros y sus prestaciones son soberbias: alcanza los 235 km/h y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos.

Dispone de cuatro programas de conducción: Hybrid, E-Mode (exclusivamente eléctrico), E-Save (reserva la carga de la batería) y Chargue (recarga la batería con el motor de combustión durante la marcha).

Como es habitual en Mercedes, el equipamiento en materia de seguridad y asistencia al conductor es muy avanzado, con elementos como un frenado autónomo ante el peligro de colisión (Collision Prevention Assist Plus), un control de velocidad de crucero adaptativo con función Stop&Go Pilot, un asistente para cruces Bas Plus, una frenada de emergencia en ciudad que detecta peatones, una alerta de cambio involuntario de carril, un lector de señales de tráfico, un sistema de aparcamiento automático, luces de carretera inteligentes…

PRECIOS

GLC Coupé 250 4Matic           52.000 euros

GLC Coupé 220 d 4Matic        52.500 euros

GLC Coupé 250 d 4Matic        54.850 euros