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Mercedes Clase S Cabrio. Salón con vistas

Desde 1971 Mercedes no contaba con un cabrio de cuatro plazas de este calibre a nivel de lujo. Y el regreso no ha podido ser más espectacular. Como es lógico el Cabrio comparte cerca de un 60 por ciento de sus componentes con la Clase S Coupé, pero modifica la sección trasera para 'guardar' la capota de lona de tres capas.

Esta se abre o cierra de manera eléctrica en 20 segundos y se puede hacer en marcha hasta los 60 km/h. De esta manera podemos disfrutar del viento en una especie de salón rodante en el que no falta detalle, como una climatización con regulación inteligente que juega con la temperatura de acuerdo con la información recibida por 12 sensores y 18 actuadores que miden, además, otros parámetros, como la luz solar, la humedad o la calidad del aire.

AIRCAP eficiente… pero opcional

Si la brisa molesta al aumentar la velocidad basta con activar el AIRCAP, compuesto por un deflector en el parabrisas y un paravientos detrás de las dos plazas traseras, ambos eléctricos, y elevar las cuatro ventanillas para aislarnos casi completamente. El problema es que este elemento se ofrece como opción, algo que cuesta digerir cuando la factura se eleva por encima de los 222.000 euros en la variante más potente.

De serie sí que contempla un estor cubreequipaje automático. Así, cuando accionamos el mando para replegar el techo, el estor se extiende en el interior del maletero, evitando que tengamos que bajarnos del vehículo. Sí tendremos que bajar si al hacerlo ese elemento no se puede desplazar debido a que hay demasiado equipaje. En ese caso el vehículo nos avisará y detendrá la operación.

No encontraremos grandes diferencias respecto al Coupé en aspectos como la calidad, la habitabilidad o el equipamiento. La presentación del conjunto es fantástica, el confort de las butacas delanteras abruma porque no les falta detalle a nivel de masajes, climatización o sujeción lateral dinámica, y al espectacular cuadro de mandos añade una pantalla central tan generosa que casi apetece ver una película en lugar de consultar la información. Esta se puede gestionar por medio de un panel táctil situado en la generosa consola central, elemento que se ofrece de serie. También en su dotación estándar se contempla el brazo extensible que acerca el cinturón de seguridad, vital debido al generoso tamaño de las puertas.

Maletero con 350 litros

Detrás el acceso no resulta demasiado incómodo y el espacio es realmente bueno en las dos plazas que presenta. Otra cosa es el maletero. Su capacidad con el techo montado es de 350 litros, volumen que se reduce hasta los 250 si lo plegamos. No parece mucho, sobre todo si lo comparamos con el SLC, el nuevo roadster que se sitúa varios escalones por debajo en cuanto a tamaño y que es capaz de garantizar hasta 335 litros (en este caso es un biplaza).

Bajo el capó la Clase S Cabrio llega a España con tres variantes, todas de gasolina con potentes bloques V8 biturbo. La más 'modesta' es todo un S500, que arroja 455 CV y se asocia a una caja de cambios automática de nueve relaciones 9G-Tronic con convertidor de par. A diferencia del S500 Coupé, en esta ocasión se recurre exclusivamente a la propulsión trasera.

Debutamos al volante con esta versión en un tramo que tiene un poco de todo. Nos paseamos por las calles de Cannes, donde seguramente no le faltarán clientes. Afrontamos un largo tramo de autopista, donde nos sorprendió, sobre todo, la perfecta insonorización de la capota de tres capas. Y ya descapotados comprobamos su extraordinaria rigidez torsional sobre un trazado sinuoso.

El propulsor empuja siempre, a cualquier régimen, porque a sus 455 CV añade 71,4 mkg de par máximo. Cuesta acostumbrarse a que un vehículo que supera los cinco metros de longitud (5,03 metros) y en la báscula arroja 2.115 kilos se mueva de una manera tan ágil y estable, aunque aliados como la suspensión neumática Airmatic (de serie) ayudan mucho en este sentido.

Dejen paso, tengo 585 caballos

Y esto es sólo un aperitivo. Cerramos la jornada por escenarios similares con la versión más potente que cierra la gama. El S 63 AMG ya son palabras mayores porque recurre a un motor 5.5 V8 biturbo que aumenta la potencia hasta 585 CV y el par hasta nada menos que 91,8 mkg. En esta ocasión el cambio, mucho más deportivo, es de doble embrague con siete relaciones, y ya se monta la tracción total 4Matic.

Aquí todo se magnifica, como dicen los concursantes de 'Gran Hermano'. No tuvimos ocasión de llegar a los 250 km/h de velocidad máxima (limitada), pero sí comprobamos su meteórica aceleración, que registra 3,9 segundos en el 0-100 km/h. La suspensión Airmatic, como la dirección, tiene reglajes específicos, y el sonido puede ser moderado o emotivo, dependiendo de lo que pisemos el acelerador.

Esta variante, que pesa 115 kilos más que la versión S 63 AMG Coupé, se puede 'decorar' con detalles como unos frenos cerámicos o el paquete AMG Driver, que además de darnos la oportunidad de realizar un curso de pilotaje, eleva la velocidad máxima hasta los 300 km/h. Estamos ante un verdadero 'pura sangre', pero en cualquier caso hay que sentirse muy piloto y tener un buen fondo de bolsillo, porque los 222.700 euros que cuesta esta versión parecen demasiados si los comparamos con los 166.000 del S500.

De todas formas la exclusividad se paga, más aún en el caso del tope de gama, el S 65 AMG, que hace gala de nada menos que de 630 caballos bajo el capó. A pesar de ser más potente y presumir de 102 mkg de par máximo, su aceleración es más pobre que la del S 63 AMG (4,1 segundos en el 0-100 km/h) debido a que la propulsión es trasera, en lugar de total. El cambio de doble embrague sí es el mismo. Esta versión no estaba disponible en nuestra toma de contacto, pero su precio se dispara hasta los 303.025 euros y llegará al mercado en julio.

Dotación muy completa

Nos falta por analizar el equipamiento, pero necesitaríamos horas para mencionar la dotación de serie. En forma de 'aperitivo' comentar que de serie ofrece un paquete de alumbrado led, cámara trasera con función 360º, asientos delanteros calefactados y ventilados, detector de fatiga del conductor, alerta de colisión con frenada automática que reconoce también peatones y avisa si detecta riesgo de un alcance trasero, un completo sistema multimedia que contempla navegación, un control de velocidad de crucero adaptativo…

Si la economía nos los permite la carta de opciones abruma por cantidad y tecnología, con elementos como un sintonizador de televisión, un sistema de visión nocturna y lo último en asistentes relacionados con la seguridad y el confort. 

Las previsiones de la marca estiman que en España se venderán tan sólo 12 unidades al año.